La inspiradora historia de Gabriela Encarnación Sánchez, fundadora de "La Surtidora de Tu Cocina" en Ciudad Obregón

Sus padres son su mayor ejemplo, quienes la inspiraron a salir adelante trabajando honradamente e iniciar su negocio junto a su esposo

La inspiradora historia de Gabriela Encarnación Sánchez, fundadora de "La Surtidora de Tu Cocina" en Ciudad Obregón

A sus 33 años, Gabriela Encarnación Sánchez es el rostro detrás de "La Surtidora de Tu Cocina", un negocio de artículos de cocina y flores artificiales que, desde hace casi nueve años, se ha ganado un lugar entre los clientes. El establecimiento se encuentra ubicado en la calle 5 de Febrero, entre Galeana e Ignacio Zaragoza, en Ciudad Obregón.

Su historia comenzó mucho antes, en El Fuerte, Sinaloa, donde nació y pasó su infancia entre puestos y mercancías. Desde muy pequeña acompañaba a sus padres, vendedores ambulantes, a ferias y tianguis en distintas comunidades.

SUS PADRES, EJEMPLO DE TRABAJO Y DISCIPLINA

"Desde los 13 años les he ayudado a mis papás. Ellos eran vendedores ambulantes; me tocó ir con ellos a ferias y tianguis, y desde ahí empecé a desarrollar ese gusto por el comercio", recuerda.

Sus padres, originarios del Estado de México y hablantes de la lengua mazahua, apenas pudieron estudiar: su papá solo cursó primero de primaria y su mamá no aprendió a leer. Aun así —dice— fueron las bases de su vida.

De ellos aprendió disciplina, constancia y resiliencia. "El ejemplo que ellos me dieron, el esfuerzo de siempre salir adelante trabajando honradamente, fue lo que me motivó a poder tener un negocio", comparte. Ese esfuerzo la llevó a terminar la universidad y convertirse en licenciada en Contaduría Pública.

En 2017, al casarse con su esposo José Rodrigo Izaguirre, ambos llegaron a Ciudad Obregón sin casa, sin carro y sin muebles. Un préstamo que su hermano le hizo —aun estando endeudado— fue la oportunidad para abrir "La Surtidora de Tu Cocina".

Comenzaron en un local pequeño, sobre la misma calle 5 de Febrero, que, menciona, "no era ni la tercera parte de lo que hoy tenemos".

El negocio nació vendiendo trastes de cocina, tal como lo hacía su familia en los tianguis de lugares como Magdalena, la sierra de Chihuahua o El Carrizo. Con el tiempo, agregaron flores artificiales, una decisión que conectó con la gente.

"El regalar un ramo es una muestra de cariño; el ser parte de ese momento nos hizo sentir bien, y quisimos seguir formando parte de ese sentimiento", explica.

Como a muchos comerciantes, la pandemia de 2020 los puso contra la pared. Con la tienda cerrada, una deuda pendiente y gastos fijos, Gabriela buscó alternativas. Aprovechó la página de Facebook del negocio, comenzó a publicar sus productos y a ofrecer envíos a domicilio por medio de motociclistas. La respuesta positiva de los clientes le permitió continuar.

Más tarde dio un paso más, grabar videos para responder dudas y mostrar los productos. Al principio, confiesa, lo hizo con muchos nervios e inseguridades, pero las ganas de salir adelante pudieron más.

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¿QUÉ MENSAJE OFRECE A EMPRENDEDORES?

"Hasta el día de hoy puedo decir que me gusta mucho grabar videos. Ya lo hago porque me gusta y porque quiero satisfacer a nuestros clientes", compartió.

Orgullosa de sus raíces indígenas y del ejemplo de sus padres, hoy Gabriela envía un mensaje a quienes desean emprender y no saben por dónde empezar: no rendirse.

"El emprender un negocio sí requiere de mucho compromiso y responsabilidad, pero si se toma en cuenta la disciplina, la constancia y el esfuerzo, es muy probable que les vaya bien. Y que utilicen las redes sociales, porque ahorita son el impulso para que tu negocio lo conozca mucha más gente", menciona la emprendedora.

La historia de Gabriela demuestra que, cuando la disciplina se une al esfuerzo, los sueños dejan de ser intención y se convierten en logros reales.

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