Amalia Ochoa prepara harina, la amasa y le da la consistencia adecuada para luego meterla al horno.
Por: Oviel Sosa
Después de unos minutos, el producto queda finalizado y se traduce en ricas empanadas, semitas y coricos, que vende por fuera de su casa ubicada en El Pueblito conocido como Kilómetro 9, en la carretera que conecta con la Presa "El Oviáchic".
Antes de las ocho de la mañana, la señora comienza su jornada, desde hace más de 20 años. El oficio ha pasado en su familia por generaciones, ya que es una tradición en los más de 300 habitantes de citada localidad, que ven en la venta de pan una actividad económica que sostiene al más del 50 por ciento de sus pobladores.
"Gracias a la venta de pan he podido sacar adelante a mis cinco hijos, junto con mi esposo", manifestó.
El trabajo fuerte es los fines de semana, cuando el flujo vehicular aumenta pues las personas se dirigen a la presa, pero la fecha que más esperan para la venta es Semana Mayor.
"Un fin de semana normal hacemos ocho kilos, que son unas 210 piezas, pero en Semana Santa elaboramos 30 kilos que son más de 700 piezas por día", indicó.
Sobre una mesa coloca las empandas, que llevan relleno de calabaza, piloncillo, lechera, así como empanaditas de lechera, coricos y coyotas.