Construye motos con pedazos de lámina

Apegado en su pasión por las motos y con la convicción de rodar ondeando la bandera de hermandad para demostrar que se puede viajar con una unidad de bajo calibre en cuan­to al motor se refiere y plasmar la empatía que debe existir por un compañero que trae en la sangre tal gusto, pero que no cuenta con el recurso para manipular una moto de cilin­draje grande, por el gasto que esto implica, Fernando Rosales Ramírez se ha dado a la tarea de construir desde hace 6 años motocicletas artesanales, por­que las piezas las pule a mano para crear un modelo peculiar que no existe a escala como se rigen las grandes marcas.


Por: Oviel Sosa

En la actualidad se encuen­tra construyendo una moto que en su versión original fue una Kurazai 110 semi automática, de la cual sólo conservó el mo­tor, ya que el chasis lo ha hecho a partir de fierro viejo que ha trasformado para constituir en lo que es el cuerpo de la uni­dad.



"Agarré el chasis y lo modifi­qué todo por completo", expresó Fernando Rosales.



El tanque y parte de las pie­zas las moldea a mano usando un marro que el diseño, deta­lles que conserva y no pinta porque su idea es proyectar el toque manual que representa el esfuerzo, esmero y dedicación que le imprime a cada trabajo que realiza.



Al llegar a dicho certa­men, en el que se exhiben y compiten motocicletas elitis­tas, "Hefesto" como le apo­dan, quiere demostrar que lo que inicio en el año 2002 en su pequeño taller ubicado en la colonia Municipio Libre al que nombró "Barba Negra Shoppers Metal Works", ha tomado fuerza y los trabajos de manera artesanal al 100 que efectúa pueden otor­gar un aspecto atractivo al mundo en el que se envuel­ven los motociclistas con un estilo basado en motos más compactas, pero concebidas con diseños personales, que atiendan los lineamientos de unión, respeto y solidaridad que debe de haber entre la comunidad de los motociclis­tas, para que no se anteponga primero el aspecto económico que lo único que hace es mini­mizar el verdadero espíritu por rodar.



A su vez, el proyecto que persigue es proponer una ro­dada por Sonora para que los motociclistas que recorren la República, que acuden a men­cionado evento, pasen por dicha Entidad y puedan contagiarse de la aventura que ofrecen los paisajes peculiares que ofrece el contexto, algo que traería consigo una benéfica derrama económica.



De esta manera Fernando Rosales, representa el único constructor de motos en todo el Estado de Sonora y de los po­cos que existen en el territorio mexicano. Algo que hace atendiendo el gusto y talento que posee que pude ser catapultado a otros niveles, pero al carecer de recursos, la producción sólo le alcanza para fabricar una moto por año, lo demás que realiza y de lo que se sostiene es de la elaboración de piezas que vende.