VIDEO | Revelan imágenes que muestran el Monte Everest convertido en basurero

Fotografías recientes exponen contaminación extrema a consecuencias del turismo descontrolado por descuido ecológico

La acumulación de basura y residuos humanos es visible en varias zonas del Monte Everest, reflejo del impacto ambiental que ha dejado el turismo a lo largo de los años en la montaña más alta del mundo
La acumulación de basura y residuos humanos es visible en varias zonas del Monte Everest, reflejo del impacto ambiental que ha dejado el turismo a lo largo de los años en la montaña más alta del mundo

Miles de personas sueñan con llegar a la cima del Monte Everest, uno de los lugares más imponentes del planeta. Sin embargo, detrás de esa imagen de nieve eterna y paisajes únicos, la montaña enfrenta un problema creciente, la acumulación de basura y desechos humanos que, con el paso de los años, se han ido quedando atrapados entre el hielo.

Desde la década de los años 50, más de 4 mil personas han logrado alcanzar la cumbre del Everest y cada temporada alrededor de 600 escaladores intentan repetir la hazaña. En ese camino, cada visitante deja en promedio cerca de ocho kilos de residuos, que van desde envases, tanques de oxígeno y restos de comida, hasta desechos biológicos que permanecen congelados durante años. Esta situación ha convertido algunas zonas del ascenso en verdaderos tiraderos al aire libre.

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El problema se agrava si se considera que el Parque Nacional Sagarmatha, donde se encuentra el Everest, recibe más de 100 mil visitantes al año. Solo en el último año, autoridades de Nepal y grupos de sherpas lograron retirar más de 10 mil kilos de basura y restos humanos congelados, una tarea que requiere esfuerzo extremo y condiciones de alto riesgo.

Durante décadas, la limpieza de la montaña dependió casi por completo del trabajo de los sherpas, quienes descendían cargando pesadas bolsas de residuos desde alturas peligrosas, enfrentando frío intenso y agotamiento físico. Sin embargo, esta labor ha comenzado a cambiar con la ayuda de la tecnología.

Una empresa nepalí incorporó el uso de drones para apoyar en la recolección de desechos. Estos aparatos pueden transportar hasta 15 kilos por vuelo, operar en temperaturas bajo cero y soportar fuertes vientos. En la última temporada, lograron retirar alrededor de 300 kilos de basura y facilitar el traslado de suministros como tanques de oxígeno y escaleras hasta campamentos ubicados a más de seis mil metros de altura.

Gracias a esta tecnología, se ha reducido de forma importante el esfuerzo humano, ya que en pocos minutos un dron puede hacer el trabajo que antes tomaba horas a varias personas. Aun así, los drones tienen límites: no pueden operar en las zonas más altas debido a la falta de aire y a las condiciones climáticas extremas, por lo que en los tramos finales el trabajo sigue dependiendo de los sherpas.

Ante la presión internacional y el impacto ambiental, el gobierno de Nepal ha impulsado medidas para frenar la contaminación. Entre ellas, destaca un sistema de depósito que obliga a los escaladores a pagar una cantidad de dinero que solo se devuelve si bajan con cierta cantidad de residuos. Sin embargo, la fuerte dependencia económica del turismo de montaña dificulta imponer restricciones más severas.

El uso de drones continuará y se espera que esta tecnología se extienda a otras montañas del país. Mientras tanto, el Everest sigue librando una lucha silenciosa entre la ambición humana y la necesidad de conservación, recordando que incluso los lugares más altos del mundo no están a salvo del impacto del descuido humano.