¿Te saltas el desayuno? Podrías estar poniendo en riesgo tu salud más de lo que te imaginas

Este hábito común en la sociedad actual, por las prisas o por flojera, puede ser más grave y perjudicial de lo que parece para las personas

Los efectos negativos van más allá de la falta de energía, pues reduce la capacidad memorística y de atención
Los efectos negativos van más allá de la falta de energía, pues reduce la capacidad memorística y de atención

Las primeras horas de la mañana suelen ser las más productivas, pero no siempre lo logramos. Si te cuesta concentrarte o te sientes sin energía, quizá estés cometiendo un error que afecta directamente tu bienestar.

No desayunar suele ser un hábito común en la sociedad actual y algunas personas lo consideran inofensivo, sin embargo, puede ser más riesgoso y perjudicial para la salud de lo que parece.

IMPACTO EN LA SALUD MENTAL

De acuerdo con la investigación ¿Es el desayuno comida para el cerebro?, liderada por Gary L. Wenk, catedrático de Psicología y Neurociencia en la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), omitir el desayuno reduce la capacidad memorística y de atención.

En un experimento, quienes desayunaron recordaron mejor una lista de palabras en comparación con quienes no comieron nada por la mañana.

Saltarse el desayuno también se relaciona con mayor riesgo de depresión, estrés y malestar psicológico.

El estudio encontró que quienes no desayunan suelen experimentar menor felicidad, más soledad, problemas de sueño y bajo rendimiento académico. Comer y descansar son hábitos esenciales para el equilibrio físico y mental.

CONSECUENCIAS DE NO DESAYUNAR

Los efectos negativos van más allá de la falta de energía:

  • Menor rendimiento físico y mental, afectando la concentración y el aprendizaje.
  • Mayor riesgo de obesidad, por la tendencia a comer en exceso más tarde.
  • Problemas cardiovasculares, según diversos estudios epidemiológicos.
  • Defensas bajas, al no obtener vitaminas y minerales esenciales.
  • Irritabilidad y cansancio, por la caída de glucosa en sangre.

¿CÓMO DEBE SER UN BUEN DESAYUNO?

No basta con comer cualquier cosa; la calidad importa. Un desayuno saludable debe incluir:

  1. Frutas frescas, ricas en fibra y vitaminas.
  2. Cereales integrales, que aportan energía sostenida.
  3. Lácteos o alternativas vegetales, fuente de proteínas y calcio.
  4. Frutos secos o semillas, para grasas saludables y saciedad.

Un ejemplo equilibrado: yogur natural con avena, nueces y fruta; o huevos con pan integral y aguacate. Invertir unos minutos en la primera comida del día puede marcar la diferencia en tu salud, tu rendimiento y tu estado de ánimo.