Santoral de hoy, 31 de octubre: San Quintín de Vermand, patrono de capellanes y cerrajeros

Conoce la historia del joven predicador que desafió al Imperio y dio nombre a una famosa expresión popular

Santoral de hoy, 31 de octubre: San Quintín de Vermand, patrono de capellanes y cerrajeros

Cada 31 de octubre, la Iglesia Católica conmemora la vida y martirio de San Quintín de Vermand, un joven romano convertido al cristianismo que dedicó su vida a la predicación y cuya fe lo llevó hasta el sacrificio final. Reconocido hoy como patrono de los capellanes y cerrajeros, su historia combina devoción, milagros y un legado que trascendió los siglos.

San Quintín, cuyo nombre latino era Quintinus, nació en la antigua Roma, aunque no se conoce con certeza el lugar ni el año de su nacimiento. Era hijo de un senador y, pese a su origen privilegiado, abrazó la fe cristiana en una época en que esta era duramente perseguida. Se dice que fue bautizado por el Papa San Marcelino y que acompañó a San Luciano de Beauvais en su misión evangelizadora por la Galia, región que hoy abarca Francia y parte de Bélgica.

MILAGROS Y PERSECUCIÓN

Según la tradición, San Quintín realizaba curaciones y expulsaba demonios, lo que atrajo tanto seguidores como enemigos. Su fervor evangelizador despertó la desconfianza de las autoridades romanas, que lo acusaron de profesar una religión prohibida. Fue llevado ante el gobernador Ricciovaro (Rictiovarus), quien le reprochó su fe en un hombre crucificado, símbolo que los romanos consideraban indigno.

Con valentía, Quintín respondió que servir a Cristo era su mayor honor, más grande incluso que haber nacido en una familia noble. Su respuesta provocó la ira del gobernador, quien ordenó encadenarlo y azotarlo cruelmente antes de enviarlo a la ciudad de Reims para ser juzgado.

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PRISIÓN, ESCAPE Y MARTIRIO

Durante su traslado, Quintín logró escapar aprovechando la oscuridad de la noche. Libre nuevamente, retomó su misión evangelizadora, pero poco después fue capturado por segunda vez y llevado a Augusta Veromanduorum, hoy conocida como Saint-Quentin, en el norte de Francia.

Allí permaneció prisionero hasta que fue decapitado en el año 287 d.C. Sus restos fueron arrojados al río Somme, pero más tarde recuperados por un grupo de cristianos encabezados por una mujer llamada Eusebia, quien les dio sepultura digna. Con el paso del tiempo, el lugar se convirtió en sitio de peregrinación, y sus reliquias se conservan hoy en la basílica de Saint-Quentin.

UN NOMBRE INMORTALIZADO EN LA HISTORIA

Más allá de su devoción religiosa, San Quintín también dejó huella en el lenguaje popular. En el siglo XVI, en la misma región que lleva su nombre, se libró una sangrienta batalla entre España y Francia. La crudeza de aquel enfrentamiento dio origen a la célebre expresión “¡Aquí se armó la de San Quintín!”, usada hasta hoy para referirse a un conflicto intenso o desordenado.

LEGADO Y PATRONAZGO DE SAN QUINTÍN

La figura de San Quintín de Vermand representa la firmeza de la fe frente a la adversidad. Su testimonio inspira a los creyentes a mantener su compromiso con Cristo, sin importar las circunstancias. Actualmente, la Iglesia lo venera como patrono de los capellanes y cerrajeros, recordando su valentía y dedicación al servicio espiritual.

Ofelia Fierros
Ofelia Fierros

Coeditora web. Desde 2014 me he desarrollado como correctora en el área impresa y redactora en el área digital de Diario del Yaqui.