Santoral de hoy, 25 de septiembre: San Carlos de Sezze, el fraile con el corazón traspasado por la Eucaristía

Su humildad, servicio a los pobres y vida de oración lo convierten en modelo para quienes desean vivir el Evangelio con entrega total

Un rayo de luz proveniente de la Eucaristía traspasó su corazón, dejándole una herida abierta en el pecho hasta su muerte.
Un rayo de luz proveniente de la Eucaristía traspasó su corazón, dejándole una herida abierta en el pecho hasta su muerte.

Cada 25 de septiembre, la Iglesia Católica celebra la memoria de San Carlos de Sezze, un humilde fraile franciscano italiano del siglo XVII que vivió marcado por un hecho extraordinario: su corazón fue físicamente traspasado por un rayo de luz procedente de la Eucaristía.

San Carlos de Sezze, cuyo nombre de nacimiento fue Juan Carlos Marchioni, nació en 1620 en el pequeño pueblo de Sezze, en la región italiana del Lacio. A pesar de provenir de una familia humilde, sus padres se esforzaron por brindarle una educación, aunque su paso por la escuela fue breve. Un severo castigo físico por no haber aprendido una lección lo alejó de las aulas y lo llevó al trabajo en el campo.

UN LLAMADO INESPERADO

Un episodio decisivo marcó su vocación religiosa: mientras araba la tierra, una bandada de aves espantó a los bueyes que conducía. Las bestias se descontrolaron y Carlos, temiendo por su vida, elevó una súplica desesperada a Dios: "¡Me meto al convento, pero sálvame, Señor!". Milagrosamente, salió ileso del incidente y poco tiempo después decidió cumplir su promesa.

Junto a tres amigos emprendió el viaje a Roma en busca de ingresar a la orden franciscana. Tras una dura prueba de perseverancia por parte del superior del convento, los jóvenes fueron finalmente admitidos como aspirantes. Carlos se convirtió en portero del convento y destacó por su generosidad con los necesitados, lo que en un momento llegó a disminuir las donaciones que sostenían a la comunidad. Sin embargo, su fidelidad a los pobres hizo que estas ayudas se reanudaran, en una muestra del equilibrio entre la providencia divina y la caridad.

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UNA HERIDA VISIBLE

San Carlos de Sezze fue también un notable místico y poeta religioso. Entre sus obras destacan Las tres vías, El sagrado septenario, Los discursos sobre la vida de Jesús, y una Autobiografía escrita por obediencia a su confesor. Estos textos son hoy considerados claves para comprender su vida espiritual.

Uno de los hechos más impactantes de su vida ocurrió en octubre de 1648. Durante una misa, en el momento de la elevación del Santísimo Sacramento, una luz proveniente de la hostia consagrada salió disparada hacia su pecho y le traspasó el corazón. Desde entonces, vivió con una herida abierta que nunca cicatrizó, interpretada como signo del amor divino recibido de forma tangible.

SANTO DE HUMILDAD PROFUNDA

A pesar de su fama como hombre de oración y sabiduría espiritual, San Carlos enfrentó incomprensiones dentro de su propia comunidad. Algunos lo acusaron de vanidoso por aceptar que se difundieran sus escritos espirituales, lo que lo llevó a profundas humillaciones. Pero ni esto logró apartarlo de su camino. "Ánimo, que estas cosas no te van a impedir entrar en el paraíso", escuchó decir a Cristo desde el crucifijo, según sus propios relatos.

San Carlos de Sezze fue beatificado en 1882 por el Papa León XIII y canonizado por el Papa San Juan XXIII el 12 de abril de 1959.