Cuando hablamos de canciones que se convirtieron en himnos durante la guerra de Vietnam, el famoso tema Fortunate Son, de la banda estadounidense Creedence Clearwater Revival (CCR) es una de las más icónicas.
¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE FORTUNATE SON?
Lanzada en 1969, en plena efervescencia del movimiento hippie y las protestas contra la guerra, Fortunate Son es un tema ha sido interpretado durante décadas como un grito de rebeldía en Estados Unidos y alrededor del mundo.
Sin embargo, su mensaje va mucho más allá de la oposición bélica, pues realmente es una crítica frontal al privilegio y la injusticia social en Estados Unidos.
La canción, escrita por John Fogerty, líder y vocalista de la banda, nació como una respuesta al sistema de clases que permitía a los hijos de familias influyentes librarse del servicio militar, mientras jóvenes de clase trabajadora eran enviados al frente.
"El tema habla más sobre la desigualdad de clases que sobre la guerra en sí", explicó Fogerty en diversas entrevistas. La famosa frase "Some folks are born made to wave the flag" (Algunas personas nacen para agitar la bandera) ha llevado a muchos a creer que se trataba de un canto patriótico.
Sin embargo, lejos de tener ese significado e intención, esta frase en realidad era una denuncia contra quienes ondeaban la bandera sin sufrir las consecuencias del conflicto.
Fogerty se inspiró al ver cómo figuras como Julie Nixon y David Eisenhower, vinculados a las familias más poderosas del país, se mantenían lejos del campo de batalla.
"Tenías la sensación de que ninguno de ellos iba a involucrarse en la guerra", recordó el músico. Mientras tanto, miles de jóvenes sin recursos no podían escapar del reclutamiento obligatorio.
Con apenas 20 minutos de composición, Fortunate Son se convirtió en una declaración de principios: los ricos hacen la guerra y los pobres la pelean.
POLÍTICOS CONSERVADORES UTILIZAN ESTA CANCIÓN COMO INSIGNIA
Irónicamente, décadas después, políticos conservadores han utilizado el tema en sus campañas, incluido Donald Trump, quien evitó el servicio militar gracias a la influencia de su familia, lo que acentúa el sarcasmo de su uso.
Hoy, más de 50 años después, la canción sigue vigente. No solo es un clásico del rock, sino un recordatorio feroz de cómo el poder y la riqueza protegen a unos pocos a costa de la mayoría. Un himno de protesta, no de patriotismo, que John Fogerty aún defiende como un símbolo contra la desigualdad.