Aunque suele pasar desapercibida, la escoba es uno de los utensilios que más contacto tiene con la suciedad dentro del hogar. Día tras día arrastra polvo, restos orgánicos y humedad, convirtiéndose, sin el cuidado adecuado, en un posible foco de bacterias y hongos.
Ante esta situación, un truco casero ha comenzado a ganar popularidad por su eficacia y bajo costo: limpiarla con una mezcla de sal y vinagre. Aunque para muchos puede parecer un simple remedio de abuela, lo cierto es que esta práctica tiene fundamentos claros en materia de higiene y prevención de riesgos dentro del hogar.
EL PAPEL DE LA SAL Y EL VINAGRE
El secreto de este truco está en las propiedades de ambos ingredientes. La sal funciona como un abrasivo suave y un desinfectante natural, capaz de ayudar a desprender residuos adheridos y eliminar microorganismos. El vinagre, por su parte, es ampliamente conocido por su acidez, que permite desengrasar, eliminar sarro, neutralizar malos olores y combatir bacterias.
La combinación de estos dos elementos potencia su efecto, convirtiéndolos en una alternativa económica y accesible frente a productos químicos más agresivos.
¿CÓMO PREPARAR LA MEZCLA?
El procedimiento es sencillo y no requiere más que ingredientes comunes en cualquier cocina. Para limpiar la escoba se necesita:
- Un litro de agua caliente
- Una taza de vinagre blanco
- Dos cucharadas soperas de sal gruesa
Antes de sumergir la escoba, se recomienda pasar un peine metálico entre las cerdas, de arriba hacia abajo, para retirar restos grandes de suciedad atrapados en el plástico o la paja. Este paso facilita que la mezcla actúe de manera más efectiva.
Después, se coloca agua caliente en un balde, lo que ayuda a reblandecer la basura que aún quede adherida. Despues, se agrega el vinagre blanco y la sal gruesa. La escoba se introduce en la mezcla durante algunos minutos, permitiendo que se desinfecte y se neutralicen los olores.
Para quienes buscan un aroma más fresco, se puede sumar jugo de limón junto con el vinagre. Este cítrico también tiene propiedades antibacterianas y deja un olor agradable en las fibras.
Tras el lavado, es fundamental enjuagar bien la escoba y dejarla secar completamente al sol, ya que la humedad favorece la formación de moho.
BENEFICIOS ADICIONALES
Además de limpiar la escoba, el uso de sal tiene otros beneficios. Barrer con una escoba previamente tratada puede ayudar a remover sarro en rejillas de cocina y baño, así como suciedad acumulada en zonas húmedas, como juntas de cerámicos. Mantener estos espacios limpios reduce la posibilidad de que aparezcan insectos, como cucarachas, atraídos por restos orgánicos y humedad.
En un uso doméstico normal, lo ideal es limpiar la escoba con sal y vinagre una vez al mes. En hogares con mascotas, patios o alto tránsito, la frecuencia puede aumentar a cada 15 días. En comercios o espacios con mucha actividad, se aconseja hacerlo semanalmente.
Finalmente, los expertos recomiendan no guardar la escoba húmeda y evitar apoyarla sobre las cerdas, ya que esto provoca que se deformen. Adoptar estos hábitos no solo prolonga la vida útil del utensilio, sino que contribuye a mantener un hogar más limpio, saludable y libre de focos de contaminación.




