El Mielomeningocele (MMC) es una de las malformaciones congénitas más graves del sistema nervioso central. Se trata de una forma de espina bífida abierta, que ocurre cuando la columna vertebral y la médula espinal no se cierran completamente durante el desarrollo embrionario, lo que deja expuestos los nervios y tejidos.
El MMC puede aparecer en diferentes niveles de la columna cervical, dorsal o lumbar— y su severidad depende del sitio y del grado de exposición de la médula. Este defecto se forma aproximadamente durante la cuarta semana de gestación.
En los casos leves, se forma un saco lleno de líquido (meningocele), mientras que, en los más graves, ese saco contiene tejido nervioso afectado.
CAUSAS Y PREVENCIÓN DEL MIELOMENINGOCELE

Entre las causas más reconocidas del mielomeningocele se encuentra el déficit de ácido fólico antes y durante el embarazo.
Otros factores incluyen diabetes materna, exposición a sustancias tóxicas (como alcohol o algunos medicamentos anticonvulsivos), déficit de vitamina B12, intoxicación por plomo, enfermedades genéticas o antecedentes familiares de espina bífida.
La prevención es posible en la mayoría de los casos. Las autoridades sanitarias recomiendan a las mujeres en edad fértil consumir ácido fólico diariamente antes del embarazo y durante el primer trimestre, ya que esta vitamina ayuda a reducir significativamente el riesgo de malformaciones del tubo neural.
Los alimentos ricos en ácido fólico incluyen vegetales de hoja verde, legumbres, brócoli, pollo, y cereales fortificados.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DEL MMC
El MMC puede detectarse antes del nacimiento mediante pruebas como la alfa-fetoproteína (AFP) en sangre materna o líquido amniótico, y por ecografía o resonancia magnética fetal. Si no se detecta durante el embarazo, suele identificarse al momento del parto.
El tratamiento requiere cirugía neonatal temprana (en los primeros tres días de vida) para cerrar la abertura y evitar infecciones o mayor daño neurológico.
En algunos casos, se realiza cirugía intrauterina para mejorar los resultados motores del bebé y reducir complicaciones como la hidrocefalia. Los niños afectados pueden necesitar fisioterapia, ortesis, catéteres urinarios y apoyos educativos durante su desarrollo.
CASOS DE MIELOMENINGOCELE EN MÉXICO
En México, según datos de la Secretaría de Salud, la espina bífida afecta entre 1 y 2 de cada 1,000 nacimientos, siendo el mielomeningocele la forma más frecuente y severa.
A pesar de los programas de fortificación alimentaria con ácido fólico, aún se registran cientos de casos anualmente, sobre todo en regiones con menor acceso a atención prenatal.
La detección temprana, el control del embarazo y la suplementación adecuada siguen siendo las principales estrategias para reducir la incidencia del mielomeningocele y mejorar la calidad de vida de los niños que nacen con esta condición.




