En la actualidad, llevar una vida saludable se ha convertido en una prioridad para millones de personas en todo el mundo. Las recomendaciones sobre alimentación balanceada, descanso adecuado y actividad física regular son cada vez más comunes en consultorios, redes sociales y medios de comunicación.
Sin embargo, cuando se trata de establecer una rutina de ejercicio, surge una pregunta que sigue generando debate: ¿cuál es la mejor hora del día para entrenar?
¿CUÁL ES LA MEJOR HORA PARA HACER EJERCICIO?
La ciencia ha abordado este debate en múltiples ocasiones. Recientemente, dos estudios, uno desarrollado en la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos) y otro en Israel, han arrojado resultados diferentes que alimentan el debate.
La investigación de la Universidad de California sostiene que el mejor momento para entrenar es a primera hora del día, justo después de despertar. Entre los beneficios señalados, destacan los siguientes:
- Activar el metabolismo, debido a que al hacer ayuno ayuda al cuerpo a utilizar las reservas de grasa como fuente de energía.
- Mejora el estado de ánimo.
- Facilita la constancia, al hacer ejercicio antes de que inicie la jornada laboral, evita excusas.
- Favorece el sueño, al establecer un horario fijo y respetar el ritmo circadiano, se mejora la calidad del descanso.
- Aumenta la concentración.
¿CUÁLES SON LAS VENTAJAS DE ENTRENAR POR LA TARDE?
Sin embargo, el estudio israelí aporta argumentos sólidos a favor de ejercitarse por la tarde, destacando que el cuerpo humano, a esa hora, alcanza un mayor rendimiento físico. Estas son algunas de las razones:
- Mayor rendimiento, ya que, por la tarde, las personas pueden tardar hasta un 20 por ciento más en llegar al punto de agotamiento.
- Menor necesidad de calentamiento, tras una jornada activa, el cuerpo ya se encuentra parcialmente preparado.
- Impulso hormonal.
- Reducción del estrés.
- Se crean hábitos saludables.
¿ENTONCES, CUÁL ES EL MEJOR MOMENTO?
La respuesta definitiva, según los expertos, depende más del estilo de vida de cada persona que de la ciencia misma. Si el objetivo es adelgazar o empezar el día con energía, la mañana puede ser la mejor opción. En cambio, si se busca mejorar el rendimiento físico o aliviar el estrés tras una jornada laboral, la tarde podría resultar más conveniente.
Lo fundamental es elegir un horario que se adapte a nuestras necesidades y posibilidades, y, sobre todo, mantener la constancia.