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“Las metas se cumplen con mucho esfuerzo”: Heredia

“Las metas se cumplen con mucho esfuerzo”: Heredia

Luis Fernando Heredia Cuevas, joven deportista, explicó su inicio en la práctica del deporte de las tacleadas

Javier Vázquez



Hay jóvenes que tienen la mentalidad de conseguir todas sus metas ya sean deportivas, personales y educativas; son muy tenaces y claros con sus objetivos. Uno de ellos es el preparatoriano Luis Fernando Heredia Cuevas, integrante del equipo Liebres del Cobach, Navojoa.


En exclusiva para este diario matutino el joven deportista explicó su inicio en la práctica del deporte de las tacleadas.


“Todo comenzó en la escuela, me pidieron 150 horas de servicio y mi primo Alejo Cuevas me invitó a jugar este bello deporte y me dijo que entrenando me firmaban las horas. Fue así como inició toda esta aventura en el futbol americano de Navojoa”, comentó el joven.


El estudiante del Cobach dijo que tomar la decisión de presentarse a entrenar no fue fácil: “Creo que todos los jóvenes que han pasado por esta disciplina, saben que la decisión más difícil es presentarse en los entrenamientos; primero a los papás les da temor y segundo es un deporte muy demandante, entrenas de lunes a sábado y merece toda tu atención”, confesó.


Heredia Cuevas recordó que en este tipo de disciplina rápido se bautizan con un apodo a los jugadores. “A mí me bautizaron como ‘El Horas’, ya que yo solo iba para que me firmaran el servicio social, pero poco a poco me fui adentrando, el esfuerzo diario que hacían mis compañeros buscando un resultado en común al final el futbol americano me absorbió por completo.


“Mi esfuerzo fue mucho para ponerme a la par de mis compañeros, ya que eran muy atléticos y muy responsables en sus entrenamientos, pero poco a poco mi apodo ‘Horas’ cambió por mi apellido Heredia, eso quería decir que me estaba ganando el respeto de todo el equipo”.


Pasó el tiempo y llegó la hora de debutar en su primer juego. “Fue algo que no se olvida, sentir toda esa adrenalina que al principio te paraliza y después te hace hacer cosas que nunca las habías hecho en la práctica. Recuerdo que fue el campo del Cobach ante Vaqueros de Obregón; tenía muy poco entrenando y el coach me dio la oportunidad de meterme a jugar, y en mi primera jugada corrí un poste y el mariscal de campo lanzó la pelota y vi que el balón estaba arriba de mí, estiré el brazo y con una mano bajé el ovoide y no dejé de correr hasta llegar a la zona de anotación; ese fue mi debut en el futbol americano, imagínate… no me la creía”, confesó.


Después de ser un novato, un jugador más del equipo, Luis Fernando Heredia pasó a ser de las piezas importantes de este conjunto. “Creo que una de las cosas en donde me gané el respeto fue la manera de echarle ganas a los entrenamientos y juegos, también apoyar a mis compañeros, mantener los vestidores en buena vibra, ser bromista y que todos nos divirtamos que al final de cuenta por eso pertenecemos a este equipo”, aclaró.


Antes de llegar esta pandemia, el joven receptor mencionó que se quedó con la espina clavada de no llegar a la final el año pasado. “Nos quedamos a una anotación de jugar la gran final estatal en Navojoa, tuvimos un mal inicio ante Nogales y al final eso nos costó el encuentro, pero este año buscábamos estar de nuevo en la pelea por el título y espero que todo esto acabe para estar de regreso en el campo de entrenamiento”.


El joven se despidió mandando un mensaje a todos los estudiantes de esta institución a que no duden de ser parte del equipo: “Que te puedo decir, en Liebres conocí a lo que son mis hermanos, mis mejores amigos. Es un deporte que a fuerzas te aleja de los malos hábitos, por eso les digo a los padres que no duden en mandar a sus hijos a las Liebres.


“Agradezco a mi familia por el apoyo incondicional, a mis compañeros y también a los coaches que siempre están al pendiente de nosotros, ya sea en la escuela y por fuera de ella, nos ayudan cuando hacemos actividades. A todos ellos muchas gracias”, finalizó.


 “Muchas personas dirán que es un deporte muy fuerte con mucho contacto y muchos golpes, al principio así es, pero se lleva tiempo en entrenamiento y dedicación para saber cómo golpear sin lastimar y no salir lastimado uno”, agregó el receptor de Liebres del Cobach.