Tras empezar su camino de redención por el fracaso mundialista con un 2-0 a Finlandia, Italia siguió este lunes la línea de la juventud y del buen juego, en un partido contra un rival muy modesto que sirvió a Mancini para seguir realizando pruebas con sus jóvenes apuestas.
Confirmó al delantero Kean, nacido en 2000, y le alineó junto al más veterano de la plantilla, un Quagliarella que es 17 años más mayor que su compañero y que se reencontró con los goles como internacional doce años después de celebrar sus primeros tantos.
El muro de Liechtenstein aguantó 17 minutos ante la presión de Italia, pero se derrumbó cuando Sensi, un jugador de apenas 168 centímetros de altura, anotó de cabeza el gol del 1-0 tras una asistencia de Spinazzola.
De allí, el encuentro fue un monólogo "azzurro".