Por: Eduardo Sánchez
Nos quedaremos con las ganas de ver en la Serie del Caribe del 2019 a Fernando Tatis Jr.
El prospecto número dos de todas las Grandes Ligas será uno de los grandes ausentes en las filas de las Estrellas Orientales, equipo que estará haciendo su debut en clásicos caribeños tras coronarse por primera vez en República Dominicana desde 1968.
Bastante que los Padres de San Diego, su organización en la pelota profesional estadounidense, le permitió completar la campaña invernal en Quisqueya.
Otra figura fundamental en el triunfo de las Estrellas y que tampoco estará en Panamá será el jardinero José Sirí, prospecto número siete de los Cincinnati Reds, quien resultó el Jugador Más Valioso de la serie final ante los Toros del Este, tras ser adquirido como refuerzo de los Gigantes del Cibao.
Y tampoco estará el zurdo cubano Néstor Cortés, pieza clave en el cuerpo de abridores y ganador de dos juegos ante los Toros, a quien los Baltimore Orioles mandaron a parar, de cara a los entrenamientos primaverales.
Pero a pesar de tantas ausencias, las Estrellas van decididas a no dejar pasar esta oportunidad única en su historia.
El pitcheo es la mejor arma de esta escuadra que adquirió como refuerzos de los Toros al zurdo cubano Raúl Valdés, al panameño Paolo Espino y a Jenrry Mejías, para unirse al también cubano Yuniesky Maya, César Valdez y Radhamés Liz.
Y muy fino tendrán que hilar, tanto ellos como abridores, como los relevistas Jumbo Díaz, Fernando Abad, Jhan Maríñez y Odrisamer Despaigne.
Es que con las ausencias de Tatis, Sirí, Miguel Sano, Héctor Sánchez y Héctor Giménez, la ofensiva se debilita considerablemente y recaerá, sobre todo, en hombres como los jardineros Moisés Sierra y Rubén Sosa, el primera base Edwin Espinal y el antesalista Diego Goris.
Nada bien le ha ido a República Dominicana desde que la Serie del Caribe cambió de formato en el 2013 y sustituyó el sistema de todos contra todos a dos vueltas para incluir una etapa de playoffs.