Caminar es una de las actividades más simples y efectivas para mantenernos activos. Mejora la salud cardiovascular, fortalece los músculos, reduce el estrés y ayuda a mantener el equilibrio mental. Sin embargo, una práctica poco conocida está ganando atención entre los expertos en salud: caminar hacia atrás. Aunque parezca extraño, esta forma de movimiento puede traer beneficios sorprendentes tanto para el cuerpo como para la mente.
UNA NUEVA FORMA DE EJERCITARSE
Janet Dufek, científica especializada en biomecánica y profesora en la Universidad de Nevada, Las Vegas, ha dedicado parte de su investigación a estudiar los efectos del "retro walking", como también se le conoce. Exjugadora de baloncesto y amante del ejercicio, Dufek afirma que caminar hacia atrás puede activar músculos que normalmente no se utilizan y mejorar la coordinación general del cuerpo.
"Caminar hacia atrás introduce un tipo de entrenamiento cruzado, un cambio sutil que rompe la rutina del movimiento", explicó la especialista. Según ella, muchas personas que caminan a diario repiten el mismo patrón muscular, lo que limita los beneficios del ejercicio.
BENEFICIOS FÍSICOS Y MENTALES
A diferencia de la caminata tradicional, moverse en sentido contrario activa zonas como los isquiotibiales y los músculos estabilizadores, mejorando la flexibilidad, el equilibrio y la concentración. "Al principio se debe avanzar lentamente, porque el cerebro necesita adaptarse y aprender esta nueva habilidad", añadió Dufek.
El entrenador personal Kevin Patterson, radicado en Nashville, Tennessee, recomienda comenzar con esta práctica en una caminadora. "Es un entorno más seguro, especialmente para las personas mayores, ya que pueden apoyarse en las barras laterales y reducir el riesgo de caídas", señaló. Además, sugiere apagar la máquina y empujar la banda con las piernas, para aumentar la fuerza y el esfuerzo muscular.
CÓMO INTEGRARLA EN LA RUTINA
Para quienes deseen probarla al aire libre, Dufek recomienda hacerlo de forma gradual: por cada diez minutos de caminata normal, añadir uno caminando hacia atrás. Con el tiempo, se puede aumentar la duración e incluso hacerlo con un compañero para evitar tropiezos.
Sorprendentemente, algunas personas han llevado esta práctica al extremo participando en maratones de más de 40 kilómetros caminando o corriendo hacia atrás.
IDEAL PARA LA REHABILITACIÓN Y EL ENTRENAMIENTO CRUZADO
Caminar hacia atrás también tiene beneficios terapéuticos. Fisioterapeutas la recomiendan como parte de la rehabilitación para personas con lesiones de rodilla o en recuperación tras una cirugía. "Este tipo de movimiento reduce el esfuerzo sobre la articulación, permitiendo ejercitarse sin dolor", explicó Dufek. Además, contribuye a aliviar molestias en la espalda y a mejorar la estabilidad corporal.
Por otra parte, atletas de disciplinas como el baloncesto, el fútbol y el fútbol americano la utilizan con frecuencia para mejorar su rendimiento. "Cuando jugaba baloncesto, pasaba casi el 40 % del tiempo corriendo hacia atrás en defensa", recordó Dufek.
UN CAMBIO SENCILLO CON GRANDES RESULTADOS
Incorporar la caminata hacia atrás puede ser una forma simple de romper la monotonía del ejercicio, fortalecer el cuerpo y entrenar la mente. Esta técnica no solo ofrece una nueva perspectiva del movimiento, sino que también promueve una mejor coordinación, protege las articulaciones y estimula la concentración.