Cada 15 de mayo se celebra en varios países el Día del Maestro, una fecha dedicada a reconocer a quienes nos han enseñado, guiado y dejado lecciones para toda la vida y aunque muchos recordamos a nuestros profesores escolares con cariño, el anime también ha dado vida a grandes maestros que han marcado generaciones enteras.
LOS 3 MAESTROS MÁS ICÓNICOS DEL ANIME
Jiraiya
Imposible hablar de maestros de anime sin mencionar a Jiraiya, el legendario sannin del universo de Naruto. Aunque su apariencia relajada y su afición por los baños termales femeninos puedan despistar, Jiraiya fue un verdadero pilar en la vida de Naruto Uzumaki.
Más que enseñarle técnicas como el Rasengan o invocaciones, le mostró lo que significa el sacrificio, el dolor de la pérdida y la importancia de seguir adelante por el bien de los demás. Su muerte dejó una herida profunda en los fans, pero también consolidó su legado como uno de los maestros más queridos del anime.
Maestro Roshi
Conocido como el legendario "Maestro Muten Roshi" o "Kame Sennin", este anciano maestro marcó el inicio de las aventuras de Goku y Krilin en Dragon Ball.
Detrás de su fachada pervertida y su actitud despreocupada, se esconde un sabio con un corazón noble y un conocimiento profundo de las artes marciales.
Enseñó valores como la humildad, el trabajo duro y el control del poder. Además, es el creador del icónico Kamehameha, una técnica que todo fan ha intentado imitar al menos una vez.
Koro-sensei
Pocos maestros en el anime han sido tan extravagantes y entrañables como Koro-sensei. Esta criatura amarilla con velocidad supersónica y habilidades letales se convierte en el maestro de la clase 3-E, un grupo de estudiantes considerados los "fracasados" del colegio.
Su misión: entrenarlos para asesinarlo antes de que destruya la Tierra. Pero lo que realmente hace inolvidable a Koro-sensei es su profundo amor por la enseñanza, su capacidad de sacar lo mejor de cada estudiante y su incansable dedicación a que encuentren su propósito. Su historia es una montaña rusa de emociones.
