buscar noticiasbuscar noticias
Sonora

Sismos en el Sur de Sonora: se han registrado más de 60 en 2024

De acuerdo al Servicio Sismológico Nacional el registro de estos fenómenos, que han sido de 2 ,3 y 4 grados, aumentó en un 700% respecto al 2023

Sismos en el Sur de Sonora: se han registrado más de 60 en 2024

El registro de más de 60 sismos en el Golfo de California en lo que va del 2024, de los cuales varios se sintieron en municipios como Huatabampo y Benito Juárez, en el Sur de Sonora ha llamado mucho la atención.

De acuerdo a datos del Servicio Sismológico Nacional (SSN), el registro de estos fenómenos que han sido de 2 ,3 y 4 grados, aumentó en un 700 por ciento con respecto al 2023.

Sin embargo, la situación no es para alarmarse, consideró el doctor Joel Carvajal Soto, profesor investigador de la Universidad de Sonora (Unison) y experto en el área de Estructuras y Análisis Sismo-Resistente.

Explicó que los temblores ocurren porque la tierra está cubierta por una capa rocosa conocida como litósfera, con espesor de hasta de 100 kilómetros, la cual está fragmentada en grandes porciones llamadas placas tectónicas, cuya movilidad ocasiona que en los bordes, donde las placas hacen contacto, se generen esfuerzos de fricción que impiden el desplazamiento de una respecto a la otra. 

“Si dichos esfuerzos sobrepasan la resistencia de las rocas o se vencen las fuerzas friccionantes, ocurre una ruptura violenta y la liberación repentina de la energía acumulada”, abundó. 

El especialista señaló que la liberación de energía en pequeñas cantidades y con alta frecuencia, como ha ocurrido este año, en lugar de en un solo evento repentino, es un fenómeno que podría evitar la generación de sismos más fuertes que afecten a las estructuras.

Aclaró que los temblores no se pueden predecir, lo que significa que no se puede anticipar si habrá un fenómeno de mayor magnitud en el futuro, por lo que siempre hay que estar preparados o en alerta.

“Sin embargo, los antecedentes sugieren que la liberación de pequeñas cantidades de energía es favorable y podría ser beneficiosa para la prevención de movimientos telúricos mucho más fuertes”, añadió.

Carvajal Soto subrayó que las magnitudes de los recientes temblores son son muy pequeñas, por lo que no afectan a las estructuras. 

“Incluso, apenas podemos percibir que hay vibraciones. No obstante, las personas que viven cerca de la costa los podrán percibir con mayor intensidad”, dijo. 

“Esto se debe a que el 64 por ciento de los movimientos sísmicos registrados han ocurrido a una profundidad del foco menores o iguales a 10 kilómetros, sitio donde se origina la liberación de energía", explicó.

Asimismo, el investigador de la Unison señaló que un temblor de 7 grados implica que la energía liberada es 100 veces más grande que uno de 4.

REVISIONES Y SIMULACROS 

Oscar Ruiz Valdez, director de Protección Civil de Huatabampo, coincidió en que la situación no es de alarma, pero reconoció que algunos sectores y ciudadanos han mostrado preocupación.

Informó que siete escuelas de diversos niveles educativos solicitaron a autoridades municipales, así como al Instituto Sonorense de Infraestructura Educativa (ISIE), la revisión de sus planteles, además de la realización de simulacros.

“Afortunadamente no ha habido daños, pero vamos a realizar estos ejercicios de prevención para que la gente sepa qué hacer ante un sismo”, agregó.

El funcionario exhortó a la población a mantener la calma y no hacer caso a informaciones sensacionalistas que advierten que habrá un terremoto en los próximos días.

Indicó que la sismicidad está asociada a las fallas Carmen y Farallón  (fallas transformantes), no a la llamada falla de San Andrés.

Explicó que se ha presentado un fenómeno conocido como  “enjambres sísmicos”, que son una secuencia de temblores en una misma área durante un período de tiempo relativamente corto y de magnitudes similares que finalmente desaparecen con el tiempo. 

 PIDEN ATENCIÓN A VIVIENDAS EN ETCHOJOA

"Las autoridades estatales y municipales deben estar  muy pendientes con esto de los temblores, ya que en muchas comunidades de Etchojoa hay bastantes casas en estado físico vulnerable", aseguró el líder indígena Miguel Ángel Parra López.

De hecho, dijo, su vivienda, ubicada en el barrio El Resbalón, en la comisaría de Bacobampo, en el municipio de Etchojoa, resultó dañada por los recientes sismos, lo que fue avalado por personal de la Unidad de Protección Civil Estatal. 

“Estábamos muy tranquilos cuando se repente se comenzó a zangolotear todo; primero creíamos que era por un problema que tengo en el oído, pero ya al rato mi señora y yo nos dimos cuenta que el techo se cuarteó”, expuso.

Consideró que es muy probable que otras casas hayan tenido algunas afectaciones por los movimientos telúricos, pero quizás las familias no se han dado cuenta de ello.

“Lo que pasa es que aquí no estamos acostumbrados a los temblores; creemos que si se mueve algo es por otra cosa”, dijo.

Por ello, exhortó a los etchojoenses a que revisen bien sus viviendas y presente el reporte en caso de que haya problemas.

imagen-cuerpo

“ENJAMBRES SÍSMICOS”

De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), los “enjambres sísmicos” son un fenómeno que no sigue con la secuencia de principal-réplica de uno normal, sino que siguen varios cerca del más fuerte.

Según el USGS, estos microtemblores van disminuyendo su intensidad en un período que va desde semanas hasta décadas. Sin embargo, no siempre el más fuerte es el primero en suceder, a veces pueden ser cortos primero y a la mitad aparece el mayor.

"La designación de “enjambre” se aplica normalmente cuando observamos relativamente muchos sismos dentro de un área relativamente pequeña, que simplemente no se ajustan al patrón de una secuencia de terremoto principal-réplica", señala el Servicio Geológico.

Otro aspecto importante que indica el USGS es que no siempre es magma lo que producen los enjambres sísmicos, sino que en ocasiones también se puede tratar de agua, lo cual podría no ser precisamente mejor, pues este líquido corre con más facilidad por las rocas, a diferencia del magma, que necesita espacios más amplios para moverse.