Piezas Yaquis que estaban en Suecia llegan a territorio de la etnia
Las piezas datan del primer tercio del siglo XX y se cree que llegaron a Tlaxcala tras la lucha de exterminio de los Yaquis durante el Porfiriato
Veinticuatro piezas ceremoniales, antiguas y sagradas para la etnia Yaqui, principalmente el Maaso Koba (cabezas de venado) que fueron repatriados desde Suecia, quedarán en manos de autoridades tradicionales luego de su entrega el pasado viernes 14 de julio, informó Juan Gregorio Jaime León.
El secretario del pueblo de Huirivis mencionó que están definiendo si las piezas que datan del primer tercio del siglo XX, quedarán en la Universidad del Pueblo Yaqui, en Vícam Pueblo o bien en la comunidad de Tórim.
Actualmente dijo, las piezas se encuentran en Cárdenas, tramo que pertenece a la jurisdicción de Vícam, justo en un destacamento de la Guardia Nacional (GN), a un lado de la carretera federal México 15.
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La autoridad tradicional de Huírivis recordó que las piezas llegaron a la Ciudad de México desde el pasado mes de octubre, pero fue hasta la visita del Presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), cuando en una ceremonia especial se entregaron los objetos ancestrales.
SU HISTORIA
Especialistas indicaron que las piezas datan del primer tercio del siglo XX y fueron recolectadas en Tlaxcala por investigadores suecos entre 1935 y 1937, luego de que decenas de Yaquis fueron exiliadas de Sonora, por el régimen porfirista.
Las piezas constituyen parte de un registro invaluable de este periodo histórico caractrizado por la confrontación y exterminio hacia el pueblo Yaqui. La mayoría de los objetos proceden de contextos ceremoniales, aunque se presume que también algunos sean parte de un coleccionismo artesanal temprano.
LAS PIEZAS
La estructura de gobierno tradicional recibió todos los objetos que, de acuerdo a sus usos y costumbres, utilizan desde tiempos inmemoriales para la Danza del Venado; se trata de un par de Téneboim (sartas de cascabeles de capullos de mariposa que se enroscan en los tobillos del danzante); dos Áyam (sonajas de calabazo); y un Rijutiam (cinturón-idiófono de pezuñas de venado).
Además, de piezas ceremoniales de otras danzas como la de Pajkola (dos Majka’a o máscaras, un Koyolim o cinturón de cascabeles de bronce, un Tono jisumia o textil de amarre de piernas, una Pi’isam o cobija (catalogada como rebozo) y dos Sena’asom o sonajas de madera)
De Matachines (una Sewa o corona, una Áya o sonaja roja y una Palma) y de Chapayecas, (una Chomo o máscara de fariseo, una Ejpa o espada de madera y su Ejpa asola o cuchillo de madera).
La colección posee también los siguientes instrumentos musicales:
- Una Baca kucía (flauta de carrizo)
- Un Kúba’i (tambor de doble parche)
- Un Ba’ajiponia (tambor de agua)
- Un Jírukia intok bweja’i (raspador con calabazo).
Jaime León recordó que antes de la pandemia del Covid 19, en el año 2019 habían gestionado el regreso de las piezas, proceso que tuvo el respaldo del Foro Permanente de Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.