Por: Eduardo Sánchez
La Higuera es una de las comunidades de Álamos que sufre actualmente por el desabasto de agua, admitió el alcalde Víctor Balderrama Cárdenas.Señaló que debido al abatimiento de los mantos freáticos y al cambio climático, poco más de 60 familias reciben el líquido a través de pipas.
Dijo que en el caso específico de la comunidad de El Tabelo no existe desabasto, pues existe un pozo que los ejidatarios priorizan para los hatos.
“En la comunidad de La Higuera reconozco que hay problemas de abasto, pero no es porque el Ayuntamiento tenga desatendido el asunto, se debe a que en estas localidades los ejidatarios priorizan el agua de pozo para el ganado”, comentó.
Reiteró que los productores agrícolas y pecuarios se apoderan del pozo, ya que se encuentran dentro del ejido y “no dejan que la infraestructura que tenemos en la pila y el tinaco se pueda distribuir a las familias de la Higuera”, manifestó.
Consideró que el agua de pozo puede ser administrada; sin embargo, los ganaderos y agricultores priorizan el recurso hídrico para sus actividades, por encima del consumo doméstico.
“Ahí, en La Higuera, existe un pozo con energía solar, porque la gente de esta localidad tampoco le decimos que tiene que pagar el agua, sino que les ayudamos, porque con energía solar pueden llenar su pila de almacenamiento y el tinaco, para que pueda distribuirse”, mencionó.
Destacó que en este asunto falta acuerdo y voluntad de cinco o 10 ejidatarios, que primero están considerando que se les tome en cuenta su actividad y luego la distribución del agua a los hogares.
“Sin embargo, ahorita les estamos dando agua en pipa, no los voy a dejar solos, pues estamos buscando una fuente de abastecimiento, que no sea parte del Ejido, pero necesitamos tomar en buen acuerdo con ellos, porque aparte de estas comunidades, tengo otras en la misma situación,” afirmó.
Expuso que el acueducto que vendrá de Macoyahui a la cabecera municipal vendrá a resolver el desabasto de agua de estas y otras comunidades rurales.
Recordó que en 2004 los ejidatarios de estos poblados hicieron negociones con la mina para autorizar la concesión de algunos pozos que abastecerían a la empresa.
Pero a la fecha, éstos se agotaron y empezaron a presentarse los conflictos por el líquido.
Mencionó que la mayoría de los habitantes de la comunidad de El Tabelo se niegan a ser reubicados, por la falta de agua.
“La gente nunca observó que iba a haber consecuencias en un futuro por la falta de agua, pues en aquel momento debieron haberse asesorado, tanto con la autoridad municipal, como con la estatal y federal para que los protegieran”, puntualizó.