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Sonora

Canal Las Pilas, un cementerio bajo el agua



Por: Fabián Pérez

Alrededor de tres ki­lómetros de canal se en­cuentra embovedado, desde la entrada sur de la ciudad hasta enfrente del frac­cionamiento Villa Dorada y por sus bordos hay circu­lación vehicular por pavimento.

El canal inicia en el derivador de Tesia y cruza parte de la ciudad de Na­vojoa, por lo que, este representa un riesgo la­tente para la población en general.

Dentro de las estadís­ticas fatales, en agosto de 2018 se recuerda el recate del cuerpo de un joven de 18 años de edad, de nombre Javier Urías Figueroa, quien, al tratar de hacer sus necesidades fisiológicas, resbaló y cayó a las aguas del canal.

Al igual que este jo­ven, cientos de personas han perdido la vida en el canal Las Pilas y muchos otros afortunadamente han sido salvados de mo­rir ahogados.

En marzo de 2016, Jairo García fue testigo de un rescate heroico. Un hombre que pasaba en su vehículo por el canal, se percató que una mujer se encontraba en las aguas y sin pensarlo arriesgó su vida para salvarla.

“A él no le importó mo­jarse su pantalón de mez­clilla, su ropa… a él no le importó que se mojara su teléfono o su billetera, él simplemente se tiró al canal para ayudar a la señora a pesar de que to­dos le gritaban que no se aventara,” recordó García Jarcia.

Y es que a este jo­ven empleado de una tienda de refacciones le tocó presen­ciar el heroico rescate, justo en el sitio don­de ocurrieron los hechos.

Jesús Edmun­do Valdez Reyes, secretario técnico de la Unidad Municipal de Protección Civil, reveló que en 2018 fallecieron tres personas ahogadas en el canal Las Pilas.

“Siempre el canal es un riesgo latente para la gente, sobre todo en la temporada de riego donde suele llevar más agua y que divide la ciudad. Hay muchas colonias asen­tadas en las márgenes y muchas personas que gustan de bañarse en es­tos lugares,” precisó.

Dijo que apenas la se­mana pasada un grupo de bomberos entrenaba en rescate de aguas en el canal Las Pilas, sin imaginar que a los días siguientes tendrían que participar en la búsque­da de un menor de 8 años de edad.

“Exhortar a los padres de familia que tengan mucho cuidado con sus hijos, que sepan dónde están en todo momento, no podemos permitir que pasen este tipo de cosas por descui­do,” externó.

Vecinos del lu­gar, aseguran que antes de em­bovedar al canal, también era un peligro latente, porque antes solo había unos tubos donde la gente tenía que utilizar para cruzar el canal.

“En aquellos tiempos yo si me animaba y por no dar la vuelta, me arries­gaba, pero un día me llevé un gran susto, pues con todo y mi borrachera, es­tuve a punto de caer a las aguas del canal,” recordó Enrique Ley.