Sonora

A la caza del agua



Por: Guadalupe Vázquez

Actualmente tiene más de mil 500 habitantes y hay 418 casas, de las cuales el 90 por ciento tiene agua entubada, pero solo una o dos veces por semana cuentan con un poco del líquido.

Guadalupe Valenzuela Va­lencia, residente de la comu­nidad, expuso que la falta de agua, vivienda y apoyos del Gobierno Federal son algunas de las principales necesidades que padecen los pobladores.

“La gente de las comunida­des de Teachive, La Loma y San José es la más afectada. Ellos, de plano, no tienen agua. A nosotros una o dos veces por semana nos sale un pequeño chorrito durante una hora, o menos”, expresó.

Refirió que “es injusto que nos cobran por el agua, cada mes, 100 pesos. Aun sin tener el servicio quieren cobrar, sólo nos la tandean”.

Dijo que ante la situación, los vecinos que tienen la posi­bilidad económica tienen que comprar el agua de garrafón.

“En el Albergue Román Yo­cupicio se compran a diario varios garrafones de agua para poder mitigar la sed de niños y jóvenes que se encuentran al­bergados en el lugar, estudian­do primaria, secundaria y pre­paratoria en esta comunidad”, señaló.

“Aquí la gente se baña con media cubeta, cuando hay agua en la llave”, comentó.

Agregó que “los políticos aseguran cada año que solucio­narán el abasto de agua, pero éste se resiente y agudiza en verano”.

VIVIENDAS

Trinidad Leyva, vecina de Cucajaqui, mencionó que cada vez las familias se van hacien­do más grandes y hay muchos jóvenes casados que viven en casa de sus padres, ante la fal­ta de apoyo para una casa.

“Aquí sobrevivimos de la ar­tesanía. Es poca la gente que tiene un trabajo formal donde cuenten con seguridad social y genere Infonavit. Aquí llega gente levantando censos para programa de pisos y techos; mi cuñada tiene más de dos años que le dijeron era beneficiada y a la fecha no le llega nada”, expresó.

Armida Yocupicio mencionó: “Vinieron a hacer encuestas de Oportunidades, pero hubo mu­chas personas que dieron de baja y que sí necesita el apoyo y otras entraron al esquema y no lo necesitan”.

“Mi hijo tiene un terreno, pero no puede construir, por­que su trabajo apenas le al­canza para darle de comer a su esposa e hijo”, señaló.

QUITAN APOYO FEDERAL A ANCIANOS DISCAPACITADOS

José Guadalupe López Ar­menta, de 78 años de edad, está postrado en una silla de ruedas desde hace años. Vive con su esposa, Ramona Mo­royoqui Verdugo, de 71 años, quien desde los ocho años su­frió una embolia piscando en los campos y desde entonces se mueve con muletas.

“Mi esposo tenía el apoyo del Programa 65 y Más, pero se lo quitaron hace dos años. Él era contratista en obras de Obre­gón, Navojoa y Guaymas, pero por su desgaste en la cintura y dedos de los pies no pudo labo­rar. A mí me llegaba el Progra­ma de Prospera, pero la señora que vino hace meses me dijo que no me llegaría más, sin ninguna explicación”, refirió.

La pareja de ancianos es apoyada por sus dos hijos, José Guadalupe y Jesús Ramón, uno de ellos sale a trabajar y el otro se queda en casa.

“Ojalá nos regresarán el apoyo. Mi esposo usa pañal, por su condición, y a veces no tenemos para comprar. Aquí algunos vecinos nos echan la mano cuando pueden”, comen­tó.
Si usted quiere apoyar a esta pareja de ancianos, puede comunicarse al teléfono 64-21-12-90.23.