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Policiaca

Cae el asesino del pequeño Sebastiano

Confiesa los absurdos motivos que lo orillaron a darle muerte a un pequeño indefenso, y sólo se arrepiente de una cosa

Cae el asesino del pequeño Sebastiano

"Era un niño odioso y chipilón", con esas palabras Mauricio "N", alias "El Def", justificó el crimen del pequeño Sebastiano, de 2 años de edad; hoy, su probable asesino confesó su responsabilidad.

El sujeto, originario de Texas, Estados Unidos, fue detenido en Miramar y recluido en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Guaymas, donde quedó a disposición de la autoridad.

De acuerdo con sus dichos, "El Def" señaló, además, que ya debía algunas cosas perpetradas en otras partes de México.

Además, explicó con y una frialdad que cala el alma, que mató al pequeño "por chipilón con su mamá y odioso", porque el niño era inquieto y llorón, se indicó.

Dijo que el niñito no dejaba hacer nada, que lloraba frecuentemente, y revela que en Ciudad Juárez le golpeó delante de los vecinos, "por enfadoso, el mocoso", pero como la gente no lo miró bien, fue amenazado y, de paso, demandado por su propia suegra, quien buscaba la custodia de Sebastiano.

A raíz de que ya no estaba cómodo en Chihuahua, Mauricio y Jazmín Dayana, su pareja sentimental y madre del pequeño, se van a Guaymas, donde le sugirió que se desafanaran de la "bronca", al referirse a la idea de dejar al chiquillo, pero su mamá no quiso.

Ahí, el pequeño lloraba porque extrañaba a su abuela y la noche del infanticidio, "Sebas", como le decía Mauricio, empezó a inquietarse aún más, a llorar, por lo que "perdió el control" con el indefenso de 2 años y le propinó una bofetada de tal magnitud, que lo mandó al suelo y su frágil cabeza dio contra el piso: ahí dejó de llorar.

La pareja se fue a dormir y cuando despertaron, Sebastiano ya había muerto, por lo que "El Def", para desafanarse de la bronca, le dijo a su mujer que sepultaran al pequeño, pero ella no quería, por lo que la amenazó y lo enterraron clandestinamente.

Sabía que no era lo correcto, pero que no se arrepentía de haber matado al niño, pues le daba igual, ya que en El Paso (Texas) y en Juárez ya se había aventado "otros jales".

Lo único por lo que dijo sentirse mal es por su familia, que estaba lejos para que fueran a visitarlo.

Luego dijo que el problema es la gente metiche, las redes sociales, pues al gobierno le pasaba por un lado y ni lo miraba.

Finalmente, señaló que no se fue porque no conoce a nadie y todos estaban al pendiente de dónde andaba, lo que le quitó el hambre y por 5 días sólo bebió agua.

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