Por: Eduardo Sánchez
Casi nunca lo hago, pero deseo felicitar por esta vía al alcalde Sergio Pablo Mariscal Alvarado y al Secretario del Ayuntamiento, Ascensión López Durán.
Ambos funcionarios están demostrando que han tomado muy en serio eso de la cuarta transformación y la están aplicando, dicen, en su justa dimensión.
Ambos vienen de la izquierda. Bueno, así le llaman ellos, pero en realidad las ideologías poco les han importando con tal de tener el poder en sus manos.
Y recuerdo muy bien que en las luchas de la llamada izquierda, personajes como los que hoy gobiernan en Cajeme lloraban cuando "el mal gobierno" aplicaba medidas de represión para terminar con una protesta, una toma de carreteras o de edificios públicos.
Si salían golpeados por los policías, era una de demandas en contra de las autoridades y llamaban a todos los medios de comunicación para que se dieran cuenta de cuán nefastos, intolerantes y prepotentes eran los gobernantes de esos tiempos.
Pero hoy, convertidos en gobierno, la transformación de cuarta les ha llegado. Aquella tolerancia a la que convocaban a las autoridades en turno, se ha esfumado de sus diccionarios.
El diálogo que exigían para la solución de los problemas, se ha convertido en un lastre y por ello prefieren usar el garrote. Claro, un garrote de izquierda. El del PRI, seguro, era diferente, han de pensar.
En ocasión del desalojo de quienes tenían cercada las oficinas de la Comisaría en Cócorit, consecuencia de la imposición de una mala funcionaria, el Presidente Municipal ya no llamó represión a esa acción policiaca.
En sus redes sociales, explicó:
"La Secretaría de Seguridad Pública intervino para establecer el orden y en una aplicación estricta del Bando de Policía y (buen) Gobierno se dispuso devolver a la Comisaría su funcionalidad".
¡Ah cómo cambian los tiempos! Y las formas de expresarse de los políticos que, como Mariscal Alvarado, siempre han caminado conforme el viento político lo determine.
Cuando fue regidor en la época de Faustino Félix Escalante, no se sabía si el hoy alcalde era en verdad del PRD o uno más de los ediles del PRI. Oposición real, nunca fue para los desaciertos de esa administración.
Y cuando se sirvió con la cuchara grande a la hora de indemnizarse a su salida de Itesca, tampoco pensó que lo iban a pillar en la jugada y por eso odia tanto a los del PAN, que fueron quienes se dieron cuenta de la jugada y le obligaron a devolver la alforja.
Hoy en día, se le ha ligado ya a los intereses de ex gobernantes del PRI, a los que no quiere tocar ni con el pétalo de una rosa a pesar de las evidencias y a contracorriente de lo que los sectores de la comunidad piden, que es castigo ejemplar contra quienes han desvalijado a Cajeme.
En suma, Mariscal Alvarado y López Durán ya están haciendo uso de la cuarta transformación.
De ser políticos "amables"a la hora de pedir el voto, han pasado a la represión y la intolerancia ante acciones que ellos antes solían impulsar, incluso sin que los llamaran a participar.
¡Cómo cambian los tiempos! Y las personas.
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