(Sin) Fondo Minero

 Andan algo preocupados los gobiernos estatales.

Y la razón es muy sencilla: los recursos provenientes del Fondo Minero ya no pasarán por sus tesorerías sino que irán directamente a las comunidades para realizar obras de infraestructura.



Será la Secretaría de Economía la que, sin intermediario alguno, decida cómo se canalizará lo re­caudado por el 7.5% sobre las uti­lidades de las empresas mineras para las comunidades cercanas a la extracción de minerales.



A como estaba planteado este fondo, creado en 2013, el dinero recaudado se enviaba a los go­biernos estatales y después a los municipales.



Por supuesto, como todo lo que en México huela a dinero, se convirtió pronto en un esquema de control político y los beneficios sociales se fueron alejando de las comunidades mineras.



Es más, Michael Harvey, di­rector de asuntos corporativos de Goldcorp, una minera de renom­bre, en su momento exclamó: "El impuesto minero tiene un diseño muy político y menos social".



Más claro, ni el agua.



Y según la nueva visión, el di­nero producto de este impuesto no está incluido en 2019 dentro de la recaudación federal participable sino que se va en 80% al Fondo para el Desarrollo de Zonas de Producción Minera, en un 10% a la Secretaría de Economía y 10% al Gobierno Federal.



Esto quiere decir que ya nadie en las entidades podrá pavonearse con haber conseguido más dinero para las comunidades cercanas a las minas.



Mucho menos podrán destinar un poquito para obras públicas y un mucho para campañas políti­cas, pues nadie, según se sabe, ha auditado a fondo el manejo que se le ha dado a este mecanismo de beneficio comunitario.



En Sonora, los legisladores panistas quieren exhortar al Pre­sidente de la República para que vuelva al esquema original de enviar los recursos a los estados y municipios, pero además piden que la Gobernadora Claudia Pa­vlovich Arenllano encabece un juicio de controversia constitucio­nal hacia la Suprema Corte de Justicia para que se regresen los recursos a los municipios.



Según la información oficial, entre 2014 y junio de 2017, el Fondo percibió más de ocho mil millones de pesos, de los cuales se destinaron a proyectos sociales seis mil 580 millones.



Pero su manejo ha dejado mu­cho que desear y por ello hubo ne­cesidad de cambiar el esquema.



Los diputados panistas están liderando esta postura porque a nivel nacional se destinan a los municipios tres mil millones de pesos, en tanto que en Sonora son mil 100 millones de pesos destina­dos a 22 municipios, de los cuales, adivinen, siete son encabezados por el PAN.



Ahora queda a la sociedad re­visar que en realidad este nuevo esquema del Fondo Minero re­sulte en beneficio de las comuni­dades realmente y no vaya a ser solamente un cambio de manos para que todo siga igual: mucho control político y poco bienestar comunitario.



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