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Nacional / México

Lucha que da frutos


Será el sereno pero la convicción de que los dejaron escapar, nadie se la quita a la sociedad cajemense, mucho menos a la familia del taxista desaparecido.


Por ello llama la atención que ayer se informó de dos presuntos implicados en tres casos que perjudicaron a 11 personas en Cajeme y curiosa­mente tardaron menos de 18 días en resolverse.

Para el taxista, van siete meses de su asesi­nato y ni las cámaras de video vigilancia, los análisis comparativos de evidencia en áreas de balística, criminalística y química forense han ayudado a esclarecer cómo es que los agentes tu­vieron el error de dispararle, sacar del escenario del crimen a otras corporaciones y, todavía más, culpar al muerto de haberles disparado con un arma “sembrada”.

Uno está de acuerdo en que en esas fechas no existía un laboratorio con recursos tecnológicos y de inteligencia para esclarecer el caso pronto, pero ahora que se cuenta con tantos avances, bien podrían escuchar por aquí y por allá sobre el paradero de los dos agentes cuyas vacaciones siguen y siguen de manera permanente y, al parecer, sin fecha de regreso a sus labores.

En este espacio habría que felicitar a quienes ayudaron a resolver los casos presentados ayer a la opinión pública porque, por supuesto, significa eliminar de las calles de Cajeme a los malvi­vientes y eso es de agradecerse por parte de la sociedad.

Pero también habría que estar atentos a que no se quiera endilgar a dos presuntos una serie de crímenes sólo para ayudar a que las esta­dísticas bajen. Dar resultados va más allá del maquillaje de escenarios y protagonistas.

Y ojalá también haya acciones para que, sin bajar la guardia en la lucha contra la delincuen­cia, la prioridad sea respetar los derechos huma­nos de quienes ni vela tienen en este entierro. Ya se ha sabido de algunos casos en Cajeme que involucran a miembros de las fuerzas armadas que llegan al cateo de domicilios, pero sin las más elementales formas.

Nadie regatea el combate a los malvivientes. Lo que no debe aceptarse jamás es que paguen justos por pecadores y ya en este país hay antecedentes entre los militares de acciones que manchan su actuar, por más provisto de buenas intenciones que puedan estar.

Cajeme y Sonora merecen paz, es cierto. Ojalá pronto se cristalice ese colectivo deseo. Pero también se necesita seriedad de parte de las autoridades para que no haya quien, en los tribu­nales, pueda eliminar como válidas las pruebas presentadas por la Fiscalía.

Hay confianza en que los nuevos elementos tecnológicos ayuden a esclarecer este y miles de casos pendientes o por presentarse en la entidad.

Si lo científico y la experiencia de las autori­dades se suman y dan resultados verosímiles para todos, entonces pronto la credibilidad en las autoridades podrá regresar.

Ojalá nadie esté trabajando para decepcionar a los sonorenses. Ojalá.

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francisco@diariodelyaqui.mx