Según el especialista Aldo Carrillo Jiménez, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, hace 10 años solo 36 por ciento de la población tenía acceso a las plataformas digitales, pero hoy esa cantidad se incrementó al 85 por ciento.
Sin embargo, estudios recientes hablan de que los millennials se enfrentan a una dura realidad:
A pesar de que es la generación que está cambiando las reglas del juego, esta población tiene problemas para mejorar su calidad de vida y formar parte de la clase media, de acuerdo a lo publicado por Reporte Índigo.
Más allá de eso, actualmente 47 por ciento de los jóvenes mexicanos son clase media, por lo que obtienen entre el 75 y 200 por ciento del ingreso nacional medio.
Sin embargo, el sueño de formar parte de este grupo también provoca presiones y expone a los jóvenes de la generación del Milenio a diversos riesgos económicos, pues mantener determinado estilo de vida no es tan sencillo en un país donde los nacidos entre 1983 y 2002 se enfrentan a bajos salarios y a una oferta laboral precaria.
En promedio, sólo 4 por ciento de los jóvenes ganan más de cinco salarios mínimos al mes, es decir que su sueldo se ubica por encima de los 13 mil pesos, de acuerdo con el Observatorio Laboral Mexicano de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
Francisco J. Orozco, director Asociado del Departamento de Contabilidad y Finanzas Región Norte del Tecnológico de Monterrey, opina que las pocas oportunidades que tienen los millennials para engrosar las filas de la clase media se relacionan con un fenómeno inflacionario.
La inflación acumulada de 2005 a 2018 fue de aproximadamente 65 por ciento, en tanto que el salario ha perdido en los últimos años un 60 por ciento su poder de compra.
Esto quiere decir que no ha habido una mejora considerable en las percepciones de los mexicanos, pero el valor de las cosas sí ha aumentado.
Las generaciones de hace 10 años vivían un panorama muy distinto al actual en cuanto a las necesidades físicas, mentales, culturales, psicológicas, políticas y sociales.
Uno de los grandes retos del país, consiste precisamente en voltear a ver las transformaciones que la sociedad mexicana ha sufrido en torno a los avances tecnológicos.
Las redes sociales vinieron a transformar la vida de los jóvenes al permitirles mostrar su vida personal y profesional, así como interactuar con otras personas.
Esta disrupción forma parte de la identidad que caracteriza a la generación del Milenio, de ahí que aún no se logre entender bien esta revolución digital.
"Se tiene la falsa creencia de que los millennials no se comprometen a tener una familia o a construir un patrimonio por gusto, sin embargo, la realidad es que un gran porcentaje de ellos no lo hace por motivos económicos y financieros que les impiden costear ese estilo de vida", dijo Orozco.
Ese es el panorama de las nuevas generaciones. Muchos jóvenes con amplia capacidad intelectual y física no encuentran acomodo en las empresas ni pueden emprender la suya propia por falta de recursos.
¿Qué va a pasar en un país con esas características?
Hay que ir pensando, indudablemente, en crear las estrategias necesarias para evitar un colapso inter generacional.