Por: Eduardo Sánchez
¿De qué te ha servido leer tantos libros si no tienes dinero?Así, a quemarropa, me preguntó un amigo, y agregó que él no lee y sí tiene dinero, y para rematar, concluyó diciendo que Peña Nieto no lee y fue presidente de México… y yo me quedé callado; como diciendo “el que calla, otorga”.
De momento no quise entrar en discusiones, pero una vez que se fue mi amigo (muy querido, por cierto), me quedé pensando en lo que me dijo, y entonces recordé que no se lee para hacer dinero sino para enriquecer el espíritu, para fortalecer el alma, para vigorizar el poder de concentración, para vivir muchas vidas en una, para viajar sin pagar boleto, para avivar el vocabulario, para encontrarle salidas a la rutina, para fomentar un buen hábito.
Leer libros es un tipo ritual que se vive en soledad, un tipo de amasiato que solo quien lo vive lo puede valorar, de ahí que sea tan común que, o amas los libros o los detestas; aquí tampoco hay lugar para los tibios.
La pasión por la lectura no se les da a todos, pero quienes tienen la dicha de saborear sus mieles sabrán que un libro lleva a otro libro y así interminablemente, pues te das cuenta que la lectura aumenta sustancialmente la capacidad de gozo de las cosas simples de la vida, lo que siempre traerá más alegrías y satisfacciones, que el dolor y la tristeza que se vive en la oscuridad de una mente cuadrada.
Los libros enriquecen la personalidad, y eso vale mucho.
Por cierto, si llegaste hasta aquí, lo puedes tomar como un logro personal, lo cual agradezco, pues darse el tiempo para leer algo impreso en estos tiempos de ansiedad extrema en un mundo virtual, no es cualquier cosa.
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