LFT: ¿Dejaste de ir a trabajar y no renunciaste? Estas podrían ser las consecuencias
El abandono del empleo se considera una falta que puede afectar tanto al empleado, como a la empresa y a los demás compañeros
Si estás pensando dejar tu empleo, pero no consideras necesario presentarte a renunciar, es importante tener en cuenta que dejar de asistir al trabajo sin previo aviso puede acarrear consecuencias.
Si bien la Ley Federal del Trabajo protege los derechos y obligaciones de los trabajadores, también establece las circunstancias por las cuales un empleado puede ser despedido de una empresa.
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Recuerda que si estás considerando renunciar, es necesario informar a Recursos Humanos y a tu supervisor directo sobre tu decisión para garantizar que se respeten tus derechos, incluyendo el finiquito y cualquier pago pendiente.
¿QUÉ CONSECUENCIAS TIENE DEJAR DE TRABAJAR SIN RENUNCIAR?
Aunque pueda parecer sorprendente, el abandono del trabajo es más común de lo que se piensa y es importante saber que no puedes simplemente dejar de asistir a tu empleo, ya que esto afectará en el pago de tu finiquito.
El abandono del empleo puede resultar en la rescisión del contrato laboral sin derecho a compensación o beneficios, como el finiquito. Además, según la legislación laboral vigente, podría acarrear implicaciones legales que afecten las oportunidades laborales futuras.
Esto también afecta la reputación profesional del empleado, ya que dejar un trabajo de manera repentina puede afectar significativamente a una persona, y esto podría dificultar la búsqueda de empleo en el futuro.
En una situación así, los posibles empleadores podrían percibir al solicitante como una persona poco fiable o poco comprometida.
Asimismo, el acto de irse de un empleo sin presentar renuncia, especialmente en situaciones estresantes, puede tener un impacto psicológico en el empleado, generando sentimientos de culpa, ansiedad o estrés.
De la misma manera, la empresa también puede verse afectada cuando un trabajador se va sin avisar, ya que puede causar una interrupción significativa en las operaciones diarias, especialmente si su tarea es importante para el funcionamiento del equipo o proyecto.
Además, la compañía debe incurrir en costos adicionales para reclutar y capacitar a un nuevo empleado que reemplace al que se fue, lo que puede ser un proceso costoso y que consume tiempo.
Esta situación puede afectar también a los demás compañeros en la empresa, pues el abandono de un colega puede dañar la moral del equipo, as aumentar la carga de trabajo de otros empleados, lo que a su vez puede disminuir la productividad general, aumentando el estrés y creando un ambiente de trabajo tenso.