Por: Eduardo Sánchez
Aunque para las autoridades municipales el regidor Rosendo Eliseo Arrayales Terán es una “piedra en el zapato”, la verdad es que hacen falta muchos ciudadanos como él.A pesar de provenir de la misma coalición de partidos que llevaron a Sergio Pablo Mariscal Alvarado a la alcaldía cajemense, él ha estado señalando actos de corrupción no solamente del actual gobierno sino de los anteriores.
Hace unos días, el edil solicitó una reunión extraordinaria para analizar la manera en que el Ayuntamiento debe apoyar a las madres que andan en busca de osamentas de sus seres queridos desaparecidos.
A los funcionarios se les pusieron los pelos de punta y es hora que no contestan directamente a la solicitud del activista social.
Ayer, eso sí, por medio de los mensajes de celular se hizo llegar al resto de los regidores un escrito en el que, basados en un resquicio de la ley, comunican que la solicitud de Arrayales Terán carece de representación porque solamente él la firmó y las otras rúbricas pudieran ser de otros regidores.
Pero de manera oficial, el Secretario del Ayuntamiento, el obligado a dar respuesta, no le comunicó una respuesta.
Es más, enviaron por delante al sumiso Víctor Manuel Ibarra Apodaca, presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Ayuntamiento, para decir que sí van a hacer lo que Arrayales Terán propone, pero a su modo.
“Después de reunirse con el presidente municipal, Maestro Sergio Pablo Mariscal Alvarado, el regidor declaró su plena coincidencia con el pronunciamiento que el alcalde publicó la semana pasada sobre este punto, “pues como dijo el presidente municipal, el Ayuntamiento no puede ser ajeno a esta realidad y más allá del apoyo moral o el posicionamiento político, debemos encontrar medidas concretas de ayudar a estas heroínas, que realizan su importante trabajo por iniciativa personal y con recursos propios. Sé que todos los miembros del Cabildo comparten esta preocupación con el presidente Mariscal”, dijo.
¡Qué poca manera de demostrar la soberbia! Y todavía se dan el lujo de decir: “El problema de Arrayales es que su posicionamiento tiene que ver con investigaciones contra el crimen organizado y no con la prevención, que es el papel que atañe a los municipios. Le gusta mucho el ruido y se requiere subrayar por los columnistas amigos hacer mención a la desastrosa votación propuesta por él donde, solo obtuvo 3 votos de cabildo contra los 20 del Alcalde”.
Es decir, la autoridad municipal en vez de buscar la conciliación, busca desprestigiar y ahondar la división. Hay que recordar que tampoco la Síndica Municipal ve con buenos ojos algunas decisiones tomadas por el gobierno cajemense.
En suma, aunque Arrayales Terán ha sido señalado como revoltoso y que anda en campaña rumbo al 2021, la realidad es que hacen falta muchos más regidores de su calibre.
A muchos de los actuales solamente se les conoce el dedo de la votación, pero no la voz porque de manera dócil, sumisa, aprueban todo lo que les dicen y sin detenerse a meditar si es bueno o malo para la comunidad.
Cajeme requiere un Cabildo de revoltosos para impedir la corrupción que ha caracterizado a las últimas administraciones, con las cuales los integrantes de Morena en Palacio parecen tener una alianza.
Los que quieren la cuarta transformación parecen haberse conformado con el gatopardismo, con el cual todos los cajemenses salen perdiendo.
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