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¿Costo político?





La cosa es seria; ninguna autoridad parece tener la solución, ya sea porque es un con­flicto de intereses o hay una falta de aptitud para poder hacer cumplir la ley, o, en el peor de los casos, ambas cosas.

Obviamente, esta situación fomenta en parte la violencia y la comisión de delitos, que nos tienen fritos; y no es justo que unos cumplan y otros no, porque no pasa nada, no hay quien lo controle; o, de plano, se compran “placas” más baratas a discreción en varios lugares y es un negocio redondo.

De igual manera, esto afecta la entrada de ingresos al Estado y al Municipio.

Sí, está ruina la cosa para casi todos, por eso, precisamente, debe haber orden para que se pueda generar progreso. Se trata, también, además del aspecto de seguridad, y el pago de impuestos parejo para todos, o, cuando menos, que se garantice que todos los carros que circulen en Sonora cuenten con un registro público oficial para que se hagan responsables de cualquier cosa que pudieran provocar con su vehículo, seguro de gastos contra daños a terceros, de a fuerzas y la aprobación de la aptitud para conducir.

Nos conviene en todos los aspectos; lo ne­cesitamos, pero ya, o ¿realmente le temen al costo político que hacer cumplir la ley les pu­diera traer?

¡Sí ya todo está perdido para todos! ¿Cuál costo político? ¡A ganar la aprobación de la gente, se ha dicho!

Agua que no has de beber NO hay que de­jarla correr.

El agua, además de las placas, es otro asunto de seguridad nacional que no se toma en cuenta por parte de las autoridades correspondientes en nuestro Estado y Mu­nicipio, y también por parte de los organis­mos operadores del agua potable y por los sonorenses. No es posible que otra vez, como casi cada par de años, el sistema de presas de Sonora cuente con solo un 44 % de su capacidad de almacenaje del recurso, y por ningún lado, casi nunca, haya buenas cam­pañas del cuidado, pero en serio, del agua, y su optimización, más si vivimos en una re­gión caliente; semidesértica en gran parte; de vocación agrícola, y con una industria y turismo incipiente.

Todos deberíamos estar sintonizados en una verdadera cultura del cuidado del agua, permanente y sin posturas partidistas de nadie. Como dije, es un asunto de seguridad nacional, lo que significa obligación y res­ponsabilidad de todos; es un asunto de vida o muerte. Así como se lee.

Los medios de comunicación, sin que se lo pida nadie, deben estar en campaña per­manente de fomento de este valor cívico y de esta necesidad. Todos.

¿O será ineptitud de las autoridades o tam­bién tiene un “costo” político?

Mientras: El agua se acaba.