Por: Eduardo Sánchez
Entre protestas y desmayos de niños, Andrés Manuel López Obrador conmemora, por primera vez, como presidente de la República, el Día de la Bandera.
La ceremonia se realiza en medio de protestas contra el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín, quien con dificultades dio su mensaje, ante los gritos de “¡Fuera!” y “¡Cállate!”.
El acto protocolario se efectúa en la explanada del Palacio de Gobierno, por lo que los militares acordonaron la zona, lo cual provocó el enojo de los simpatizantes del tabasqueño, quienes quedaron atrás de las vallas metálicas y la vista la tapaban carpas con gradas.
Los lugareños, quienes vestían chalecos con la leyenda “Siervo de la Nación” traían megáfonos, desde los que gritaban a López Obrador que lo estaban alejando del pueblo.
La inconformidad llegó a tal nivel que también complicaron que el comandante de zona militar, Francisco Aguilar, diera su mensaje, pues se escuchó entre gritos que exigían que hablara el tabasqueño.
Debido a que trajeron escoltas de estudiantes de secundaria, y los ubicaron en la explanada, sin protección del sol, desde las 7:30 horas (tiempo local, una hora antes que la Ciudad de México) al menos una decena de niños se ha desmayado.
Algunos menores comenzaron a dar señales de cansancio y debilitamiento, por lo que alcaldes, senadores y diputados federales y locales de Quintana Roo, llevaron sus sillas.
Esto obligó a que los militares llevaran más sillas para que alrededor de 100 niños se sentaran, además de darles agua. López Obrador observaba la escena, haciendo muecas.
El jefe del ejecutivo federal es acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez, miembros de su Gabinete y el diputado Eduardo Martínez, presidente del Congreso local.