A más de dos décadas de haberse reconocido constitucionalmente los derechos de la niñez en México, el derecho de los niños y niñas a habitar, disfrutar y participar plenamente en las ciudades sigue siendo una promesa incumplida.
A pesar de reformas como la del artículo 4° en el año 2000 y la creación de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en 2014, expertos advierten que el tema ha caído en el olvido institucional desde 2018.
Mónica González Contró, directora del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, afirma que el derecho a la ciudad de la niñez es prácticamente inexistente en entornos urbanos dominados por un enfoque adultocéntrico.
"Los niños y niñas no son considerados sujetos activos en la vida social ni en la planeación urbana, y eso se traduce en ciudades hostiles para su desarrollo", señaló en el podcast Latido Urbano del PUEC-UNAM.

NIÑEZ MARGINADA EN ESPACIOS PÚBLICOS
Aunque en 2023 hubo esfuerzos como el Simposio Contribuciones para la Agenda de Primera Infancia y el Pacto por la Primera Infancia, los avances son insuficientes frente a una realidad donde la niñez sigue marginada del espacio público y sus derechos urbanos básicos (como el juego, el acceso a espacios seguros, la educación o los servicios de salud) siguen siendo vulnerados.
Un informe de la CEPAL destaca que América Latina y el Caribe, una de las regiones más urbanizadas del mundo, presenta alarmantes niveles de desigualdad para la niñez. Los datos son contundentes:
- La niñez es el grupo con mayor pobreza en la región.
- Hogares con niños enfrentan mayores niveles de precariedad habitacional.
- Los menores tienen 44 por ciento más probabilidad de vivir en condiciones habitacionales deficitarias que los adultos.
En la Ciudad de México, un estudio realizado por González Contró y Guillem Compte Nunes revela percepciones preocupantes: el 56 por ciento de la población considera que los derechos de la niñez no se respetan adecuadamente, y el 47 por ciento cree que la capital es poco o nada segura para los menores.

UN DESAFÍO CREAR ESPACIOS PARA LOS NIÑOS
La especialista subraya que es urgente cambiar tanto las políticas públicas como la cultura ciudadana: "Necesitamos transformar la visión adultocentrista para reconocer a los niños y niñas como ciudadanos plenos, capaces de ejercer su derecho al juego, a la participación y a vivir en entornos urbanos seguros y accesibles".
El desafío, concluyen los investigadores, no solo es físico (crear más espacios públicos o servicios adecuados), sino cultural: se debe educar a la sociedad en el respeto a los derechos infantiles y generar voluntad política para integrar estos derechos en la planeación urbana y los programas de desarrollo.