Los humanos somos autómatas; por más que digamos lo contrario, lo somos. Si no la mayoría, sí una gran parte de la población mundial lo es: actuamos de manera irreflexiva, sin lugar a dudas, basta con echar una mirada a nuestro alrededor para darnos cuenta, más en México, que despreciamos la vida, que nos gusta irnos matando poco a poco y lentamente a cada uno, y, aun con el miedo que le tenemos a la muerte, como que nos desagrada estar vivos.

Lo más seguro es que no nos demos cuenta, por eso anoto al principio que actuamos irreflexivamente; parecemos no darnos cuenta de nuestras accio­nes, pero estamos acabando con todo a nuestro alrededor y con nuestra propia humanidad, a cada paso que damos.



Sí, hay avances tecnológicos como la generación de energías renovables, pero vamos lentos al respecto, y es tanto el daño que le hemos hecho a la madre tierra que, si no cambiamos de manera radical en los próximos diez años, ya no habrá marcha atrás, ase­gura la Organización de las Naciones Unidas, ONU.



¡Diez años no es nada!, es más, since­ramente no creo que logremos el cam­bio, a la mayoría no le interesa hacerlo o no puede cambiar, en gran parte por el sistema económico que nos rige que es depredador de la naturaleza en esen­cia, y como la compra y venta de bienes materiales son el punto medular de nuestra civilización, no nos augura un buen futuro. Por lo pronto hemos con­taminado los mares de manera escan­dalosa, y no solo eso, los hemos sobre explotado; hemos desmontado millones de hectáreas para llenarlos de casas y construcciones, hemos aniquilado es­pecies enteras de animales, hemos in­toxicado el cielo y los vientos, lo mismo que lagos y ríos que están sufriendo de nuestra fatal negligencia suicida, es por eso que ahora se está derritiendo el ártico, la ciudad de Chicago ha estado más fría que la Antártida, hay sequía en más lugares, como en Puerto Rico.



Claro, tanta agresión a la naturaleza no sorprende si lo mismo hacemos con nuestro cuerpo y mente, por eso digo que somos suicidas, o bueno, para que no se escuche tan dramático, somos au­tómatas.bueno, irreflexivos.pero ¿qué le vamos a hacer?



"Yo no estoy contra el progreso si existiera un buen consenso, errores no corrigen otros, eso es lo que pienso" Ro­berto Carlos


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