Por: Eduardo Sánchez
Los atentados de ayer domingo en Sri Lanka contra iglesias católicas y hoteles de lujo se suma a los ataques más sangrientos de las décadas recientes con sus 207 personas muertas y alrededor de 500 heridos, cifras que podrían crecer.La serie de atentados con avión del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, que destruyeron el World Trade Center en Nueva York y dañaron el edificio del departamento estadunidense de Defensa, van a la cabeza por sus más de tres mil decesos y seis mil heridos.
Le sigue los ataques con coche bomba contra las embajadas de Estados Unidos en Nairobi, Kenia, y Dar es-Salam, Tanzania, con 224 muertos y cientos de heridos.
Con esas cifras, los atentados confirmados contra cinco iglesias y tres hoteles el Domingo de Resurrección en Sri Lanka apuntan a superar a los de ambos países africanos.
Estas explosiones han recibido la condena inmediata de varios líderes políticos mundiales, como Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, cuyo país fue blanco el mes pasado de ataques terroristas en la ciudad de Christchurch.
“Nueva Zelanda rechaza todas las formas de extremismo y defiende la libertad de religión y el derecho a la adoración segura. En conjunto, debemos encontrar la voluntad y las respuestas para poner fin a esa violencia”, destacó la jefa del Gobierno neozelandés.
Los primeros ministros de India, Narendra Modi, y Pakistán, Imran Khan, también lamentaron los ataques, que calificaron de “horrorosos”, mientras que el presidente de Israel, Reuven Rivlin, describió los atentados como un ataque contra el mundo entero.