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Alerta EU por sarampión



La información, difundida por la radio pública estaduni­dense NPR, precisó que, has­ta ayer, sólo en la ciudad de Nueva York se reportaban 498 casos, con 34 personas hospita­lizadas, desde que comenzó el brote en septiembre pasado.

La emisora precisó que es el mayor brote de sarampión desde el registrado entre 1989 y 1991, cuando se reportaron más de 55 mil casos en todo el país, aunque subrayó que las condiciones en esa época y en la actualidad son “dramática­mente diferentes”.

“Entonces, fueron (afecta­das) las personas que no pu­dieron acceder a la atención médica”, indicó el médico Irwin Redlener a NPR. “Ahora es esta atmósfera de culto de personas que se niegan a inmunizarse”.

En el Estado de Nueva York, las autoridades de sa­lud pública atribuyen el bro­te al rechazo a la vacunación entre comunidades de judíos ultraortodoxos, donde se ha observado la mayor propaga­ción del virus, mientras que en la década de 1990 afectaba a comunidades negras y latinas pobres de Brooklyn.

En cambio, la oposición de un grupo pequeño pero movili­zado de la comunidad ultraor­todoxa judía, vinculada con el movimiento secular contra la vacunación, obstaculiza la capacidad de la ciudad para detener la propagación del sarampión, de acuerdo con Demetre Daskalakis, comisio­nado adjunto de salud de la ciudad.

Durante el brote que co­menzó en la primavera de 1990 y se extendió hasta el verano de 1991 en la ciudad de Nueva York, “los niños se estaban muriendo”, dijo Re­dlener, fundador del Fondo de Salud Infantil.

En todo el país, de 1989 a 1991 enfermaron más de 55 mil personas y más de 100 mu­rieron en todo Estados Unidos, las cifras más altas desde prin­cipios de la década de 1970, se­gún datos de los CDC.

Los historiadores de la salud pública atribuyen ese brote, entre otros factores, a los recor­tes que hizo la administración del presidente Ronald Reagan a los fondos federales para in­munización y salud pública, recordó la emisora.

En el momento en que se produjo el brote en 1990, los CDC estimaron que cerca de la mitad de los niños pequeños de los centros urbanos de la ciu­dad de Nueva York no habían sido vacunados antes de cum­plir dos años.

En 1993, el entonces presi­dente William Clinton se com­prometió a aumentar las tasas de inmunización infantil, se creó el programa Vacunas para Niños para familias sin recur­sos, y la financiación federal se multiplicó por siete, de 37 mi­llones de dólares en 1990 a 261 millones en 1995.

Las tasas de vacunación contra el sarampión subieron por encima del 90 por ciento, y Nueva York se convirtió en el primer estado en requerir una vacuna de refuerzo contra el sarampión, lo que, según el CDC, aumenta la efectividad de la vacuna del 93 al 97 por ciento.