Por: Eduardo Sánchez
Hoy, lunes, de nuevo se colapsará el tránsito en las calles de la ciudad por el regreso a clases de miles de niños y jóvenes sonorenses que después de ¡15 días de vacaciones!, que por motivos religiosos en un país “laico”, se dan en nuestro país… (Sí, esto es parte del surrealismo político-cultural mexicano; único en el mundo).Las mamá vans volverán a las calles echas la mocha. Los pitidos de las madres desesperadas que les toca la “ronda” antes de las siete de la mañana, volverán a despertar al vecindario. Ellas no salen más temprano para llegar a tiempo, mejor manejan más rápido y cometen todo tipo de infracciones de tránsito con tal de deshacerse de sus bendiciones cuanto antes, perdón, con tal de que sus hijos amados lleguen a clases a aprender algo nuevo.
Para los jóvenes y niños…y supongo que para los maestros… estos ¡15 días de vacaciones! Los hicieron desconectarse de tal manera de los estudios que se deben sentir como si estuvieran empezando un nuevo año.
El alcalde y las autoridades se dividirán a cómo puedan para desearles un “feliz” regreso a clases, mientras que los estudiantes se estarán durmiendo porque con tantos días de asueto perdieron la costumbre de desmañanarse y, si a eso le agregas los discursos comúnmente enfadosos de los funcionarios públicos, el cabeceo de los presentes se hará más que evidente.
Los camiones urbanos irán saturados; muchos llegarán tarde y otros no se presentarán porque no alcanzaron a llegar de fuera de la ciudad.
Ahora sí, junto con el regreso a clases inicia prácticamente el verano. Es como una regla no escrita en nuestro Municipio: siempre hay calor después de una Semana Santa y una Semana de Pascua frescas.
Las mamás vuelven a su rutina, regresan los gastos escolares extra y las tareas de última hora.
Los niños contarán todo lo vivido en ¡15 días de vacaciones!, aunque para algunos fueron días de eterno aburrimiento.
Esto pasa en un México que tienen años sosteniéndose con alfileres en lo referente a la economía, seguridad y educación.
En un país en donde el nivel de estudios de su población si acaso pasa de la primaria; en una patria en donde el último viernes de cada mes es inhábil por las reuniones “técnicas” de los maestros; en una nación en donde la gente, por lo general, deja los estudios por falta de recursos económicos, pero sus gobernantes viven con virreyes; en un México que se debate entre un memorándum anti Reforma Educativa y una Reforma Educativa al calor de la política inepta; en un país en donde el voto de los maestros es una moneda de cambio que vale más que su preparación, y en donde la novia de Chucky, terror de los niños, maneja las riendas de parte del entramado docente, a pesar de tener una uñas tan largas que le dan vuelta; bueno, estas son meras ocurrencias mías, porque en verdad en la educación de los niños mexicanos bien puede darse ¡15 días de vacaciones! Antes de salir a las vacaciones largas de verano.
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