Urgen políticas públicas bien hechas

Si la humanidad ha utilizado la ciencia y tecnología para crear armas de destrucción masiva, ¿por qué no utilizarla para vivir con mayor bienestar?

Por: Antonio Cáñez Cota

Las políticas públicas surgieron por la necesidad de que las democracias fueran capaces de cumplir con lo que prometen. Anteriormente, los gobiernos se basaban únicamente en grandes planes de desarrollo que buscaban uniformar y coordinar las acciones de distintos órdenes de gobierno. Sin embargo, hoy los planes son insuficientes porque no son adecuados para enfrentar la complejidad de la sociedad contemporánea. Un ejercicio de planeación es fecundo cuando viene acompañado de las políticas públicas correspondientes a cada uno de los desafíos identificados. En mi experiencia, las personas desconfían cada vez más en los ejercicios de planeación porque los problemas siguen siendo los mismos que hace décadas, y piensan que los gobiernos sólo los consultan para legitimar las decisiones de gobierno, ya tomadas de antemano.

Las políticas públicas se enfocan en resolver problemas públicos por medio de la utilización del conocimiento científico. Si la humanidad ha utilizado la ciencia y tecnología para crear armas de destrucción masiva, ¿por qué no utilizarla para vivir con mayor bienestar? Por ejemplo, que todos tengan acceso a agua limpia, una educación pública de calidad, servicios de salud pública efectivos. Urge que los gobiernos se tomen en serio los problemas de la ciudadanía y dispongan tiempo y recursos para plantear políticas públicas viables. Para ello, se debe tomar en cuenta que la gran mayoría de los municipios en México no tienen la capacidad institucional para diseñar, implementar, ni evaluar políticas públicas. Es tiempo de pensar cómo le vamos a hacer para que todos los gobiernos en México basen su gobernanza en políticas públicas. ¿Usted qué piensa? ¿Organismos estatales realmente autónomos y profesionales que apoyen a los municipios pequeños? No lo sé, se lo dejo de tarea.

Urge utilizar el conocimiento científico y tecnológico para diseñar, implementar, y evaluar políticas públicas. No es suficiente cortar un listón para inaugurar un edificio, ni presumir la inversión de millones de pesos en una nueva oficina. Urge construir instituciones serias al servicio de la solución del sufrimiento humano. No es posible ser testigos hoy del inmenso avance tecnológico, pronto viviremos entre robots, y no tener como prioridad el poner la inteligencia al servicio de aliviar el sufrimiento humano y potenciar los sueños legítimos que nos brinden una mejor vida como comunidad.

Que las políticas tengan el carácter público significa que sus beneficios deben ir encaminados a satisfacer un interés público general. Las políticas públicas no son un adorno del discurso político, tampoco un botín para el grupo que llega al poder, no son un pastel a repartir, no son alimento para el ego de políticos y burócratas. Las políticas públicas tampoco se tratan de imaginarse acciones de gobierno que se acomoden a los productos y servicios que venden las empresas de algún compadre o comadre. No se trata de generar una idea que les permita estar vigentes en las redes sociales. No son el trampolín para saltar al próximo puesto. Las políticas públicas tampoco buscan crear estructuras electorales con las clientelas que se forman tras dar apoyos gubernamentales. Las políticas públicas no son un negocio, no deben serlo. El significado de las políticas públicas es simple: poner la inteligencia colectiva al servicio del interés público.

Contar con políticas públicas bien hechas implica que el dinero público se pone al servicio de la solución de los principales problemas sociales. Las políticas públicas nos ayudan a tener confianza en que el destino del dinero público está siendo aprovechando al máximo en las prioridades establecidas por los expertos y por la población que sufre los problemas.

Pensé en escribir este artículo en ocasión de las elecciones del próximo domingo 2 de junio. Mi mente no dejó de pensar en lo que le urge a nuestro México: políticas públicas bien hechas. Salgamos a votar libremente y exijamos a los que ganen en las urnas: no queremos personas llenas de ego, queremos personas humildes al servicio del interés público. A nosotros los ciudadanos nos toca ser mejores de lo que le exigimos a los políticos. Si a los políticos les exigimos ética, nos toca ser aún más éticos. Si damos más de lo que pedimos a los demás, tendremos un mejor país. Todos a votar.

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