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Las Plumas

Un sueño: instituciones reales

La fuerza de las instituciones y de la ley han sentado un precedente para que ningún presidente abuse de su poder

Francisco Gonzalez Bolon

En lo personal y en lo profesional, me gustaría vivir el tiempo suficiente para ver que en México las instituciones cumplan sus tareas de una manera adecuada como en otras naciones desarrolladas y de alto valor cívico.

Y eso lo digo porque doña Carolyn B. Maloney, presidenta del Comité de Supervisión y Reforma de Estados Unidos, afirmó ayer que Donald Trump dobló las manos y finalmente aceptó entregar documentos claves que en su momento ocultó al Congreso de su país.

“Después de numerosas victorias judiciales, me complace que mi Comité haya llegado a un acuerdo para obtener documentos financieros clave que el expresidente Trump luchó durante años para ocultar al Congreso. En abril de 2019, el Comité de Supervisión emitió una citación legal para los registros financieros como parte de nuestra investigación sobre los conflictos de intereses sin precedentes, las transacciones en beneficio propio y los vínculos financieros con el extranjero del presidente Trump”, dijo.

Finalmente la fuerza de las instituciones y de la ley en aquella nación han logrado sentar un precedente para que de aquí en adelante ningún Presidente abuse de su poder en beneficio de sus negocios personales.

Y es que, según cuentan los periodistas de aquel país, el exabogado personal de Trump, Michael Cohen, dijo hace poco que el expresidente “infló sus activos totales cuando sirvió a sus propósitos” y “desinfló sus activos para reducir sus impuestos inmobiliarios”.

Si tantito se aplicaran las leyes de esa naturaleza en México, seguros estamos que ningún funcionario, actual o del pasado, pasaría la prueba porque sencillamente durante años se han dedicado, los del PRI, del PAN y ahora los de Morena, a acarrear agua para sus muy personales molinos en muchos ámbitos del poder.

Y lo más lamentable es que han logrado seducir a la población con discursos bonitos y diciendo lo que el pueblo quiere oír, de tal manera que una gran mayoría les ha creído y piensa que en realidad son políticos que quieren salvarlos de la pobreza, mientras ellos hacen todo lo posible por mantenerlos en esa condición para tener una amplia clientela electoral.

Así las cosas, para las próximas elecciones presidenciales de México, los partidos de oposición tendrán miles de argumentos para condenar las condiciones en que se ha vivido en los últimos cuatro años.

Los morenistas por su lado, alelados como están por la figura de un hombre carismático, van a esgrimir argumentos que se estrellarán contra la realidad porque el pan y el circo han estado a la orden del día para ocultar la falta de avance de una nación que debería ya estar en otros niveles de bienestar.

Los atarantan con aquello de que “como nunca” se ha regalado el dinero de los impuestos a los más pobres, que no deja de ser verdad porque es fácil regalar lo que no es de uno, pero en contraparte sus niveles de fanatismo no los dejan ver que con la izquierda regalan y con la derecha cobran favores a sus íntimos.

Claro, eso se ha logrado gracias a los gobernantes de otros partidos que con sus actitudes y vidas corruptas en el pasado hicieron que el pueblo se cansara “de tanta pinche tranza” y se ha agarrado del primer salvavidas que apareció en el horizonte, sin ver que era más de lo mismo, solo que con palabras dulces para sus oídos.

Ojalá y los mexicanos maduraran cívicamente y no fuera la demagogia de los discursos las que predominaran sino las acciones reales de los políticos las que los convencieran de que el rumbo de este país ha cambiado para bien.

Me gustaría vivir para escribirlo.

Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com