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Las Plumas

Pleitos cercanos, soluciones lejanas

A fuerza de ser sinceros, no es poca cosa el que criminales se le suban al lomo al gobierno y, prácticamente ,sean quienes manden en zonas del país

Francisco Gonzalez Bolon

No hay duda alguna de que México es un país de caricatura.

Hoy, la clase política se divierte con el pleito entre Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del PRI, y la gobernadora de Campeche, Layda Sansores San Román.

El desacuerdo entre los dos campechanos ha llegado ya al extremo de que el ex gobernador asegura: “Estoy dispuesto a todo, hasta dar mi vida, por defender a México y no permitir que instauren una dictadura”.

Por favor, no más drama en este país en el que todos los días las familias viven un infierno con la violencia cercana a sus casas, primero, y, segundo, la batalla para llevar alimentos a la mesa de su familia porque cada 24 horas los precios se están incrementando de manera notable.

Hay quienes desde el oficialismo dicen que no es para tanto. Que apenas son unos cuantos muertos, que los medios de comunicación están exagerando, que son amarillistas.

Pero, a fuerza de ser sinceros, no es poca cosa el hecho de que los criminales se le suban al lomo al gobierno y prácticamente sean quienes manden en algunas regiones del país, sobre todo en zonas serranas, como en Sonora, donde un día sí y el otro también despojan de sus ranchos a gente buena y, si se defienden, aparecen muertos como sucedió en Rosario hace unos cuantos días.

No se vale tanta indolencia gubernamental. Ya basta de dejar hacer al crimen organizado lo que le venga en gana.

Se dicen diferentes, pero se escudan en ese falso discurso para no hacer algo a favor de la paz. Todo lo contrario, incitan al odio, usan la perversidad de sus mentes para dividir a los mexicanos y que la guerra fraterna se vea como algo normal y en su momento se justifiquen acciones que echen abajo las libertades conquistadas a lo largo de la historia.

Es momento ya de que las autoridades en turno tomen al toro por los cuernos y demuestren que llegaron a traer soluciones, no más problemas. Seguir culpando al pasado de lo que hoy, se supone, ya deben hacer ellos, es solamente un circo para convertirse en los supuestos salvadores de un país que, lejos de la reconciliación y la unidad nacional, se les está yendo de las manos.

La sociedad mexicana reclama un gobiernos serio, no uno que se la pase evadiendo los problemas con el “tengo otros datos” y que todos los días invente un nuevo enemigo para distraer al pueblo ante la falta de soluciones reales contra la violencia, la inflación, la corrupción y tantos otros problemas que juraron resolver cuando estaban del lado del cantinero y que ahora, desde la mirada del borracho, poco han podido solucionar.

El orgullo más vitoreado hoy es el entregar el dinero de los impuestos “   que antes se robaban”. Podemos suponer que hay veracidad en eso del despojo a un país durante décadas, pero enviar los impuestos a barriles sin fondo, sin algo productivo que permita al motor nacional mantener la producción y la productividad, es en verdad un suicidio que las generaciones ya próximas habrán de pagar con creces.

Nadie desea el desastre del Gobierno porque eso significaría la bancarrota nacional. Cada ciudadano desea emprender lo que le toca hacer para contribuir en lo individual y lo colectivo al engrandecimiento de este país.

Pero, por favor, que el Gobierno se aplique y genere las condiciones de paz social, crecimiento económico y desarrollo sustentable que necesitan quienes sí quieren trabajar y no estar pegados a la ubre presupuestal.

Este país sí necesita una transformación, pero de primera. La de cuarta que se está viviendo, por supuesto, nada aportará al bienestar de los individuos y los sectores productivos.

Hay que evitar que esa desgracia se ahonde.

Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com