La familia y el Gobierno

Con la llegada del movimiento "woke", esta figura comenzó a sufrir cambios hasta llegar a modelos donde era vista como eslabón por romper

La familia y el Gobierno

Recientemente hemos hablado de cómo el mundo vive un proceso de transformaciones en todos los aspectos posibles de la vida humana, mismos que van desde el deporte hasta la religión, pasando por la política y la cultura, por lo que hablar de nuevos modelos mundiales es hablar también de cómo la vida del ser humano se va amoldando con estos mismos cambios.

Uno de los conceptos que se ha traído nuevamente a la mesa con la llegada de nuevas tendencias es el de la importancia de la familia, entendida esta como una institución o núcleo social en el que el ser humano vive sus primeros años de vida y, por ende, se convierte en una pieza fundamental del orden que existe en la vida y socialización de las personas.

La familia ha comenzado a ser vista (de nuevo), no solamente como una de las instituciones sociales que rigen nuestra sociedad, sino más bien como un modelo que rige la sociedad como el epicentro de las relaciones humanas y la columna vertebral que mantiene cohesionados en una comunidad.

Primero, debemos comprender que en años recientes y con la llegada del movimiento "woke", la figura de la familia, aderezada muchas veces con el sufijo de "tradicional", comenzó a vivir una etapa de extravío, en la que la institución más antigua de orden humano comenzó a sufrir cambios hasta llegar a modelos donde la familia era vista en muchos de los casos como un eslabón por romper, menospreciando en muchos de los casos los beneficios que esta tiene para la sociedad.

Sin embargo, recientemente hemos visto cómo de nueva cuenta se trae a la figura de la familia al debate social, principalmente de la política, ya que reconocer su importancia como un ente que llega a lo más profundo de la sociedad, justo donde el Gobierno no puede llegar, es de vital importancia para reconstruir comunidades contemporáneas destrozadas por la violencia. Es decir, reconocer que el Gobierno llega hasta cierto punto en la conducta humana y entender que es en el seno familiar donde se inculcan las primeras nociones de valores y conductas sociales, es comprender que sin lazos familiares que formen a los ciudadanos del mañana es prácticamente imposible tener Gobierno y comunidades exitosas.

Para muestra, un botón: según un estudio del Panel Study of Income Dynamics, se afirma que las personas que crecieron con mucha inestabilidad familiar tienen una probabilidad significativamente mayor de arresto o de ir a la cárcel en la adultez. Asimismo, organizaciones como el Consejo Mexicano de la Comunicación aseguran que más del 80% de las personas que están en las prisiones mexicanas provienen de hogares disfuncionales.

Lo que nos trae a un tema muy actual derivado de la marcha por la paz del fin de semana pasado y el luto nacional que se vive por el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, quien en uno de sus muchos discursos aseguró frente a madres y padres de familia que la violencia no se iba a acabar nunca si había madres dispuestas a solapar a hijos delincuentes y que los valores se inculcan desde el hogar.

Es por lo anterior que la llegada nuevamente a la mesa de las soluciones del concepto de la familia como un organismo de cohesión social nos brinda una luz al final del túnel para entender que esta problemática que priva en gran parte de las ciudades mexicanas no se resolverá nunca si no se atiende de la mano de una institución tan fundamental como lo es la familia.

borbonmanuel@gmail.com