Las Plumas

Intolerancia

No debemos tolerar la corrupción e ineficiencia de las autoridades, ni a los medios de comunicación, capaces de pervertir auditorios por dinero

Intolerancia

“Seré tu amante o lo que tenga que ser, / Seré lo que me pidas tú, / Amor, lo digo muy de veras, / Haz conmigo lo que quieras, / Reina, esclava o mujer, / Pero déjame, volver, volver, contigo”… cantaba Dulce en la radio; entonces, le bajé el volumen y les dije a los compañeros de trabajo que iban en el carro conmigo… "¡¿Cómo pueden poner canciones como esas en la radio?!… esas canciones denigran a la mujer… son de mal gusto… ¡son porquería y no entiendo por qué las ponen en la radio!", vociferé molesto, muy a mi estilo cuando terceras personas meten ideologías de manera pública. Entonces, una de las damas que me acompañaba dijo: “no entiendo por qué te molestas"; entonces agregó la dichosa palabra: “hay que ser tolerantes”… "¡¿Tolerantes?!", cuestioné.

"¡No!, nada de eso", agregué y volví a cuestionar… "¿es que no sabes de todos los feminicidios que hay en México?".

Y me quedé dándole vueltas en mi cabeza a esta palabrita “tolerancia”, tan usada cada vez más, y que significa: “Actitud de la persona que respeta las opiniones, ideas o actitudes de las demás personas aunque no coincidan con las propias.” Y llegué a la conclusión de que, por más “educados”, “propios” o “corteses” que seamos, hay cosas que nunca debemos de tolerar porque dañan a la sociedad en general.

Por ejemplo, no debemos tolerar en lo absoluto la corrupción e ineficiencia de las autoridades, ni a los medios de comunicación que son capaces de pervertir a los auditorios con tal de ganar dinero. No debemos tolerar que nuestros hijos hagan lo que les pegue la gana, porque no es lo correcto, simplemente. No podemos permitir que circulen tantísimos carros sin placas oficiales, ni que se atente contra la naturaleza, ni debemos tolerar que nuestras carreteras estén tomadas por insurgentes, ni que se haga mal uso del agua, que es de todos; ni debemos tolerar ningún acto que atente contra los infantes.

Y es que hay cosas que, universalmente, están mal y si seguimos tolerando de poquito en poquito lo que acontece a nuestro alrededor, nuestro país se irá convirtiendo cada día más en un infierno para todos. No confundamos tolerancia con resignación, ni con pasividad, o apatía, o anuencia. A nadie nos conviene.