Manuel Borbón Morales (Lic. Ciencia Política y Administración Pública)
Lo que parecía un inicio de semana perfecto para el presidente Andrés Manuel López Obrador, después de la captura de Emilio Lozoya, uno de los iconos de la corrupción del Gobierno peñanietista y la recuperación de sus niveles de aprobación, se convirtió rápidamente en una verdadera olla de presión que amenaza con estallar el próximo 9 de marzo.
La actual administración federal encabezada por López Obrador se ha metido en serios aprietos debido a la agravante situación que se vive en materia de seguridad en el país, pero, sobre todo, por la violencia generalizada hacia las mujeres en nuestro país, aunado a la aparente apatía de parte del aparato gubernamental mexicano, lo que ha provocado diversos brotes de inconformidad, ya no solo en el círculo rojo de la política nacional, sino también, en sectores de la población representados por grupos feministas que han alzado la voz ante la situación que se vive actualmente en México.
La amenaza hacia la buena aprobación que venía arrastrando el presidente y la 4T, vino de donde menos lo esperaban, grupos ideológicamente ligados hacia la izquierda que en esta ocasión han llamado a alzar la voz y realizar un paro nacional que tiene en jaque al presidente y su estructura de asesores debido a la amenaza que representan este tipo de reclamos hacia su investidura y popularidad.
La 4T se encuentra pasando por uno de los momentos más difíciles desde que comenzó a ejercer de manera formal en nuestro país el pasado 1 de diciembre de 2018, esto debido a que, en meses pasados dicho movimiento parecía inmune a cualquier tipo de crítica y reclamo que simplemente parecía resbalárseles.
La mayor problemática para la 4T se encuentra en los hechos que se pueden desencadenar de "perderle la vista a la bola" como se dice comúnmente en el argot beisbolero, haciendo referencia a la desconcentración que esta situación podría provocar en otras áreas complejas a las cuales se enfrente dicha administración, como lo son: sector salud y desabasto de medicina, seguridad nacional, estancamiento económico, entre muchos otros temas que tienen que ser operados con la mayor atención posible para llevar a buen puerto sus intenciones de hacer historia.
De igual forma, gran parte de la preocupación para el actual Gobierno se basa en la caída en los altos niveles de popularidad que mantenía el presidente en meses anteriores, según las últimas mediciones publicadas por la casa encuestadora De las Heras Demotecnia, en donde se aprecia una notable caída de la aprobación para López Obrador.
Lo anterior pone en alto riesgo una de las piezas clave para la instauración del nuevo régimen que propone López Obrador, las elecciones de 2021, mismas que serán parte fundamental y, sin duda, habrán de marcar la pauta de lo que será la 4T en un futuro, debido a que la gran apuesta para mantener la mayoría en la Cámara de Diputados y para obtener la mayoría de las Gubernaturas en juego en dichos comicios, radica principalmente en la aprobación de la cual goza su líder político y moral, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
"Los buenos Gobiernos se conocen cuando lo que hacen vale más que lo que sus opositores dicen." -Antonio Maura y Montaner
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