Las Plumas

Fases de una enfermedad crónica



Para lograr este control y una disminución de los síntomas es necesario realizar un tratamiento médico adecuado y cuidar aspectos importantes en el estilo de vida, como la alimentación, la actividad física, los patrones de sueño, entre otras cosas. Se requiere realizar todo tipo de cambios significativos que en su mayoría implica renunciar a hábitos agradables y placenteros (como la comida o el consumo de alcohol), cambios que no todas las personas están dispuestas a realizar. Por lo tanto, es necesario que le persona diagnosticada acepte su enfermedad y reconozca aquellos hábitos y conductas que no favorecen a su salud.


La parte más difícil de padecer una enfermedad crónica son precisamente todos los cambios que la persona debe de realizar y todas aquellas cosas a las que debe renunciar. Para muchas personas ser diagnosticados con una enfermedad crónica degenerativa es experimentado como una sentencia de muerte, pues se tiene la creencia de que estas enfermedades reducirán los años de vida y que marcará un antes y un después: “ya nada volverá a ser como antes” se dice una persona diagnosticada con una enfermedad crónica.

Al recibir un diagnóstico de una enfermedad crónica se experimentan todo tipo de reacciones, de la cual no siempre la aceptación es la primera reacción ni la más común. Existen 5 etapas de una enfermedad crónica y están son: negación, rebeldía, negación interna, reflexión y aceptación.

En la etapa denegación la persona se resiste a creer que padece de una enfermedad y hace todo lo posible para evitar reconocerlo. En el caso de la obesidad, la persona que niega su padecimiento evita verse en el espejo, tomarse fotografías y pesarse, se comparan con otras personas más gordas y suelen decir que “no están tan gordos”, “que no comen tanto para estar así”. En esta etapa es difícil que una persona haga cambios y lleve un tratamiento adecuado porque no reconocen el impacto que tienen sus decisiones y sus hábitos alimenticios sobre su enfermedad. En la etapa de la rebeldía existe cierto reconocimiento de la enfermedad, pero la persona es incapaz de asumir responsabilidad y culpa. Aparece el enojo, comienzan a buscar culpables y responsables en el entorno: culpan a la familia, a los genes, al médico, a la dieta del nutriólogo, etc. En la rebeldía la persona se resiste a hacerse cargo de su enfermedad y se siente como una víctima del destino, “¿por qué a mí?” se pregunta, resistiéndose a hacer cambios en su estilo de vida y su alimentación aun sabiendo lo perjudicial que puede ser para la salud. El costo es más grande que los beneficios.

La negación interna, es una etapa donde el paciente reconoce su enfermedad y que necesita de un tratamiento, pero tiene una actitud de manipulación. Quiere adelgazar o mejorar su salud haciendo las cosas como él quiere y no como indica el profesional. No lleva a cabo las indicaciones al pie de la letra, sino que las “reforma” o las “recrea” a su conveniencia. Otra forma de negación interna es buscar tratamientos o métodos “alternativos” a los indicados por un profesional de la salud. En esta etapa aparece la frustración, ya que como es de esperar la persona no obtiene los resultados esperados.

La cuarta etapa es la etapa de la reflexión, en donde la persona ya reconoce que tiene una enfermedad y que requiere de ciertos cambios y de un tratamiento adecuado. En esta etapa logra comprender que siguiendo las indicaciones de los profesionales logra mejores resultados. Ya no cuestiona los tratamientos ni las recomendaciones y ya no le resulta tan complicado hacer cambios y renuncias en su estilo de vida, los beneficios son mayores que los costos.

La última etapa es la aceptación. En esta etapa la persona siente placer de cuidarse y de hacer las cosas bien por los beneficios que obtiene. Ya no pelea con su enfermedad, acepta que se tienen que hacer cambios permanentes y que la responsabilidad de su salud esta principalmente en su actitud y su conducta. Aceptación no significa resignación. Aceptar es entender que “las cosas son así”, puede haber recaídas, pero sin aceptación no hay mantenimiento.

Como podemos ver padecer una enfermedad crónica no es algo sencillo, surgen todo tipo de reacciones y confusiones ya que no es fácil asimilar los cambios y renuncias que se deben realizar, pueden incluso llegar a pasar muchos años para que la persona acepte su situación y comience a realizar un tratamiento adecuado. Ante estos temores y esta rebeldía se vuelve importante la intervención de un psicólogo que ayude a estas personas a pasar correctamente por estas etapas y llegar a una plena aceptación para evitar quedarse estancados en una etapa de negación o rebeldía que pudieran poner en riesgo su salud y su vida.