Estos son mis datos, si no les gustan, tengo otros
Comencemos por el tema de las cifras que sí menciono el presidente, las cuales, según sus cálculos son logros obtenidos por su gestión
Vaya catedra de retórica que propino el presidente López Obrador en su cuarto informe de gobierno, el cual, estuvo repleto de frases y simbolismos para vestir la realidad de tal manera que al escucharlo podríamos pensar que vivimos en el país de Nunca Jamás donde los graves problemas que aquejaban a los mexicanos quedaron a un lado desde su llegada al poder hace casi cuatro años.
El presidente comenzó su cuarto informe de gobierno con la contundente afirmación de rechazar medir su gobierno en base a resultados, cifras, e indicadores, atribuyéndolas a la costumbre “tecnocrática”, misma que señaló, no reflejan la realidad social que vive el país, por lo que, su informe y por ende su gobierno contienen una esencia cualitativa y no, cuantitativa.
Noticia Relacionada
Sin embargo, como todo en la vida y según Aristóteles, el justo medio de las cosas debe permanecer para lograr “la recta razón que decide el hombre prudente”, cuestión muy alejada a la realidad de esta ocasión en la que, el soliloquio presidencial se acotó solamente a mencionar las cifras y datos que si le convenían, aun y cuando estos resultados cuantitativos no dependieran directamente de su responsabilidad, y por otra parte omitió cifras y datos de instancias oficiales nacionales y extranjeras que han señalado a su gobierno por ser uno de los mas ineficientes de los últimos sexenios.
Comencemos por el tema de las cifras que sí menciono el presidente, las cuales, según sus cálculos son logros obtenidos por su gestión como el aumento de las remesas y del comercio entre México y Estados Unidos, alcanzando la cifra récord de 384 mil millones de dólares. Asimismo, el presidente hizo mención del aumento en el empleo formal alcanzando un total de 623 mil 330 trabajadores asegurados.
No obstante, López Obrador decidió omitir cifras demoledoras para su mandato como los más de 132 mil homicidios que van a su cuarto año de gobierno, cuando en campaña prometía no rebasar los 80 mil durante todo su sexenio, el aumento la deuda pública en 3.4 billones de pesos, la máxima inflación de los últimos 22 años llegando al 8.62%, el precio de la gasolina en 24 pesos, cuando la promesa de campaña era bajarla a 10 pesos, el aumento de mexicanos sin acceso a la salud llegando a los 15 millones, cuando la promesa de campaña era tener un sistema de salud como el de los países nórdicos a mitad de su sexenio.
Evidentemente la política mexicana una vez más supero a la ficción de los otros datos y, como dice el conocido refrán “si no te gustan mis datos, tengo otros”, al final de cuentas los afectados por las promesas y discursos al aire siempre terminan siendo los ciudadanos que, una vez más confiaron en un político profesional para la retorica y omiso para dar resultados.