buscar noticiasbuscar noticias
Las Plumas

El caso Hamlin: los riesgos del deporte

El futbol americano estuvo en la mira con un filme de Will Smith, que encarnó a un patólogo forense que exhibió las secuelas de esta disciplina


Debido a las exigencias físicas que requiere, el deporte conlleva riesgos para quien lo practica, sobre todo, donde el contacto físico sea parte de sus características esenciales. Es ahí donde las lesiones son más propensas a presentarse, y cuando surge alguna de gravedad, se cuestiona fuertemente la seguridad de los deportistas, e incluso, la pertinencia de continuar practicando dicho deporte.

Noticia Relacionada

El reciente desvanecimiento en un juego, de Damar Hamlin, de los Buffalo Bills, equipo de la liga de futbol americano de los Estados Unidos (NFL, por sus siglas en inglés), puso la atención de lleno en un juego donde el contacto entre los participantes es muy fuerte, y aún y cuando cuenten con equipo protector, la exposición a lesiones es frecuente.

Al respecto de la seguridad de los protagonistas de este juego, en el año de 2015 se estrenó la película Consussion (titulada, La verdad oculta, en español), protagonizada por Will Smith, como Benet Omalu, un patólogo forense del estado de Pensylvania, que lleva a cabo una investigación en jugadores de futbol americano ya retirados que fallecieron en condiciones similares. Dicho trastorno se conocería como “encefalopatía traumática crónica”. La NFL negó en un principio que esta condición fuese el efecto de los golpes constantes en la cabeza de los deportistas, e incluso, trató de minimizar la importancia de la investigación. La liga es una de las más poderosas en la Unión Americana y con amplia proyección a nivel mundial, por lo que se intentaba frenar todo lo que pudiese afectar su imagen.

No obstante, los dirigentes admitieron que las lesiones en la cabeza llegaban a provocar el mencionado trastorno y desde entonces se han intensificado los protocolos de contusión, se trabajó en la fabricación de cascos que protejan más la cabeza del jugador y el equipo en general es más sofisticado, aunque las rodillas y tobillos siguen siendo partes muy vulnerables. En el caso de Hamlin, se trató de un golpe en el pecho del atleta, lo que le provocó un infarto cardiaco, algo poco común en estos partidos.

Al igual que en otros deportes, donde se han presentado casos similares, e incluso, ha habido fallecimientos en plena competencia, siguen siendo sucesos excepcionales en comparación con la enorme actividad deportiva que se despliega en los Estados Unidos y a nivel mundial. Por esto, es difícil que se llegue a afectar la realización de deportes profesionales como el futbol americano. En tanto estos sean casos mínimos y no la generalidad, el público lamentará lo sucedido, pero continuará apoyando a sus favoritos y dando seguimiento a los juegos respectivos.

Reconozco que este deporte es uno de mis preferidos, no sólo por las destrezas físicas que exige, sino porque la complicada estrategia de juego es parte esencial de su accionar. No obstante, con mucha probabilidad, son las habilidades físicas las que llaman más la atención del espectador, el ver en acción la técnica y la fuerza, así como la generación de ídolos, ha convertido a muchos deportes profesionales en negocios millonarios. Una lesión como la de Hamlin, no los afectará, pero sí pone la atención en la importancia de intensificar las medidas preventivas al máximo posible, para que el retiro de un deportista no se presente en estas circunstancias.

De cualquier forma, la producción de talento nuevo sigue imparable, porque existe una gran cantidad de jóvenes, que, pese a los riesgos de un determinado deporte, ansían ser profesionales exitosos, millonarios y famosos, que pasen a la historia como figuras relevantes.