¿Dónde está la fauna nociva?
El error principal es haber “filtrado” el video grabado por el mismo personal de dependencia, lo que provocó una avalancha de comentarios en redes
Por fin las autoridades de Salud hablaron sobre el caso de una pollería clausurada recientemente en Ciudad Obregón.
Sin embargo, fue muy sospechoso que dejaran pasar varios días para por fin emitir su “verdad histórica” sobre los hechos y parece que hay contradicciones severas entre lo sucedido y lo contado por Sergio Morales García.
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Y es que al titular de la Comisión Estatal de Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de Sonora (Coesprisson) sus subalternos bien pudieron platicarles otra historia y tardaron varios días en acomodar sus piezas, con tal de no parecer ellos los que se equivocaron.
Inicialmente, el error principal es haber “filtrado” el video grabado por el mismo personal de Coesprisson, lo que provocó en redes sociales una avalancha de comentarios, casi todos contra los comerciantes, pero muy pocos alcanzan a dimensionar la posibilidad de una extorsión hacia el negocio.
Sabedores de la popularidad de la pollería, los inspectores se fueron con todo y no sería la primera ocasión en que tratan de obtener dinero a cambio de su silencio ante problemas que pueden ser evidentes, pero jamás de la dimensión sugerida en los videos.
Aunque se supone que hay nuevas directrices dentro de lo que era antes Regulación Sanitaria, debido al cambio de partido político en el Gobierno estatal, la verdad es que las inercias de las mañas de los trabajadores que ya estaban ahí pudieran contaminar al personal nuevo, que se supone viene a darle una transformación a la forma de ejercer el quehacer público.
Otro error detectado en este caso es la diferencia entre lo que argumenta Morales García como causas de la clausura y otra la que se asentó en el acta del suceso, durante el cual se señaló que el producto visto en el video debía desaparecer porque había estado en contacto con el suelo, aunque siempre dentro de un cartón y plásticos, como viene desde la empresa que ese día había surtido el material y no se trataba de algo caduco o viejo.
Ese hecho también mueve al “sospechosismo” de las reales intenciones a la hora de exagerar las dimensiones de lo sucedido durante la inspección al negocio de asado de pollos.
Hay conocimiento de cómo a otros negocios el personal de Coesprisson los ha visitado una y otra y otra ocasión y en cada una sugieren nuevas “anomalías” hasta que llegan a hartar a los dueños porque en el fondo lo que se anda buscando es llegar a “arreglos” económicos.
Un caso de un restaurante rural lo dice todo: los dueños se animaron a interponer una denuncia por el acoso de que eran objeto y desde entonces los inspectores curiosamente ya no han encontrado “irregularidades”.
Ojalá los nuevos funcionarios de Salud no anden con este tipo de conductas porque se supone que el pueblo votó por el cambio, la transformación, y no para que sigan sucediendo actos de corrupción como los que los morenistas criticaron cuando eran oposición.
Y es deseable también que Morales García cumpla su palabra de amonestar, y expulsar de su equipo además, agregaríamos, a quien se haya complacido en divulgar un video de su actuación como servidor público porque con ello ha minado la confianza popular en un negocio que durante años y mucho esfuerzo se ha hecho de un nombre.
Y la población debe seguir atenta este tipo de sucesos para denunciarlos oportunamente. Sólo de ese modo evitaremos que la fauna nociva siga dentro de la Coesprisson y no en los negocios visitados con fines de extorsión.
Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com