De terrorismo y militarización
Dicen los cánones de la administración pública que, para lograr una solución efectiva en el gobierno, se debe reconocer que existe una problemática
Vaya semana que se vivió en distintos rincones del país en materia de seguridad donde se presenciaron actos que, con dificultad se habían visto en el pasado, la mayoría relacionados con actos de terrorismo por parte del crimen organizado en contra de ciudadanos comunes y corrientes como una manera de presionar al gobierno en cuestión. Aunado a la anterior, la noticia que cimbró a más de algún seguidor de la llamada Cuarta Transformación, fue el tema de militarizar de manera institucional la seguridad pública de los mexicanos con la adscripción formal y jurídica de la Guardia Nacional, organismo encargado de la seguridad pública con la finalidad de lograr la paz social en México según la Ley de la Guardia Nacional, a la Secretaría de la Defensa Nacional por la autoritaria vía del “Decretazo”. Y decimos que cimbró a muchos seguidores de la 4T no solamente por lo polémico del tema de militarizar la seguridad pública ciudadana, lo que a ciencia cierta viene sucediendo en nuestro país de manera paulatina desde el sexenio encabezado por Felipe Calderón, sin embargo, lo que llamó la atención de más de uno, fue que fueron justamente los seguidores de López Obrador quienes desde entonces, pero sobre todo, durante su campaña presidencial de 2018, se habían quejado de manera aparatosa en contra de la militarización del país, quienes según sus propias declaraciones previas al acceso al poder, decían que atacarían las causas de la violencia por medio del combate a la corrupción, lo que según sus cálculos generaría que en el sexenio Morenista no se sobrepasarán los homicidios más allá de 80 mil decesos, lo cual es a todas luces un fracaso al sumar más de 100 mil homicidios a la mitad de su sexenio.
Dicen los cánones de la administración pública que, el primer paso para lograr una solución efectiva en el gobierno es reconocer que existe una problemática, en este caso, y para desgracia de muchos ciudadanos que apostaron sus ansias por un país en paz, duele reconocer que las cosas no marchan bien en este delicado rubro, asimismo, el panorama por delante luce aterrador con las terquedad e indiferencia de un gobierno que por capricho o arrogancia ha decidido “montarse en su macho” en sus decisiones políticas y no repensar lo que ha colocado a México en un estado de Guerra Civil, con su más preocupante fase que parece haber llegado para quedarse en México, la cual es producida por la impunidad, el terrorismo en contra de la población civil.
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Estos lamentables hechos contra la ciudadanía de entidades como Jalisco, Guanajuato, Chihuahua y Baja California, desnuda de cuerpo entero la incapacidad que han tenido los gobiernos en turno para afrontar esta crisis que se agrava año con año llegando al penoso caso de vivir en un estado de ingobernabilidad rotundo propiciado desde el gobierno bajo el lastimoso lema “abrazos y no balazos” redactado con la liberación de capos y firmado con declaraciones como las de la alcaldesa Morenista de Tijuana en las que a manera de plegaria utiliza la alegoría de cobrar facturas pendientes solo a quienes las deban, esto con la anuencia tácita de la autoridad municipal.
Sin duda alguna, el camino hacia la pacificación de nuestro país no llegará de la mano de personas que han preferido la indignidad al desempleo y que ven a los cargos públicos como un trabajo de remuneración y no, como una responsabilidad.