Cierre de una Escuela, Primaria Felipe Salido
Los hechos respectivos notifican que padres de familia del grupo de primer año asumieron tomar el control del plantel
Cerrar o tomar una escuela (más allá de la jerarquía o nivel escolar que ostente) es, o tiene que ser una decisión delicada y hasta peligrosa. En el sur del estado ha sido más o menos común que se produzcan acciones de esa naturaleza. Pero es preciso reconocer que tal práctica había caído en un visible abandono.
Hasta que por supuesto resurgió en el contexto escolar de Navojoa. En efecto, los hechos respectivos notifican que padres de familia del grupo de primer año de la escuela primaria Ingeniero Felipe Salido, asumieron tomar el control del plantel. Dijeron que esta acción sería temporal. ¿Por qué resolvieron protagonizarla?
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Por algo muy sencillo o complicado. Resulta que en la Felipe Salido ha hecho falta durante este ciclo un maestro de grupo con base laboral. Esta carencia ha provocado, por supuesto, una constante suspensión de clases. Tales son los hechos que explican el increíble conflicto que tiene lugar en esa escuela. Pero lo más inaudito de todo es que precisamente todo empezó desde el pasado mes de septiembre.
Qué bonito país el nuestro, ¿no? Asombra la rapidez y la calidad que tiene su sistema educativo para resolver los dolores de cabeza que le afligen. El problema existente en la Felipe Salido data desde hace ocho meses. “En ese entonces” (como suele decirse) ocurrió el proceso pre-jubilatorio de la maestra que estaba a cargo del grupo de primer año B.
Desde entonces la primaria Felipe Salido no tiene en ese grupo un maestro o maestra de tiempo completo, que ha sido lo deseable. Eso sí: han estado cuatro profesores cumpliendo interinatos y por periodos muy breves, cuando lo que se necesita es un docente de tiempo completo, según trascendió. ¿Qué clase de poderosas razones institucionales o “grillas” vulgares han impedido la designación de un maestro o maestra de tiempo total en la escuela primaria aludida?
La pregunta es tan simple o elemental que precisamente por esa modalidad no ha podido obtener una pertinente respuesta. Mientras tanto, y como si no hubiera autoridades educativas capaces de tomar decisiones (parece que realmente no las hay a pesar del vocerío gubernamental sobre la materia), el perjuicio institucional es para la primaria Felipe Salido, una escuela que históricamente, a lo largo de muchísimos años, siempre destacó por la eficiencia de su labor en general.
Hoy parecería que esos tiempos pasaron a la historia o duermen el sueño de los ¿justos? Al parecer, sin embargo, ayer jueves se resolvería el problema con una solución otra vez para salir al paso. Sería así porque de nueva cuenta un maestro temporal, es decir, el último de ellos que atendió al grupo de primer año B, volverá a encargarse de la misma tarea. ¿Pero cuánto tardará en marcharse de nuevo? Cabría suponer que lo hará en menos de lo que canta un gallo, habida cuenta de los antecedentes generales que existen en la materia.
La denominada Nueva Escuela Mexicana (¿sabe usted qué significa esta denominación?) pierde mucho lustre al tomar nota, de que, por ejemplo, en la Escuela Primaria Felipe Salido de Navojoa han estado ya cuatro maestros interinos en el mismo grupo B. Esta debe ser una situación escolar o académica tremendamente irregular o anómala. No se puede entender de otra manera la extraña reticencia para nombrar un maestro titular para el grupo de primaria que no lo tiene desde hace tiempo.
Es claro que los maestros interinos o temporales son útiles en tanto que cumplen una función un tanto de emergencia. Pero una lista de cuatro de ellos ya representa una “normalidad” escolar que obviamente está lejos de significarla por la rotación laboral a que son sometidos sus protagonistas. El caso es que, sea como sea, los padres de familia de la Primaria Felipe Salido resolvieron marcar distancia con las autoridades del plantel y asumir una serie de medidas de presión.
Precisamente por ese estado de ánimo acordaron tomar la escuela y bloquearla, junto con la colocación de una serie de pancartas de protesta. Cabe hacer notar que un total de 32 alumnos se han visto afectados por esta situación. El número de escolapios resulta importante para terminar de calibrar la situación respectiva. Pero también hay que detenerse en el daño que apareja a la imagen institucional de una escuela, la existencia de problemas cuya solución definitiva no llevaría al desgaste total de la materia gris de quienes toman decisiones en el campo educativo. ¿O sí…?
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