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Las Plumas

Cajeme: el dolor evitable

Hoy más que nunca, evitar el dolor que es evitable, es el fin al cual debemos de acceder por medio de valores y valentía


Los expertos definen el dolor como una señal del sistema humano de que algo no anda bien, lo que genera una sensación de malestar e incomodidad en nuestras vidas. El dolor es algo cierto y real que podemos identificar de manera objetiva, clara y evidente en nuestras sociedades, mismo que es generado por diversas razones, la falta de oportunidades, carencia de servicios públicos, empero, sin duda alguna, el dolor más recrudecido en nuestra comunidad es el mal de la violencia rapaz, la cual se ha generalizado en prácticamente el municipio entero sin que a estas alturas de las circunstancias alguna familia de Cajeme haya estado exenta de estar cerca de las fauces de este malestar.

El dolor evitable hace referencia, no a aquellos padecimientos que están fuera del alcance de nuestras manos, el dolor evitable es, en todo caso, el dolor que nos causamos los seres humanos unos a otros, por motivos y razones diversas, los cuales, al no tener un dique de contención en el acuerdo social, continúan haciendo de las suyas y causando un dolor a cientos de familias que de una u otra forma han sido víctimas del tormento de la violencia.

Seguramente algunos se preguntarán ¿Cómo es posible evitar dicho dolor?, si hemos intentado de todo y básicamente todos los días madres y padres se quedan sin sus hijos, niñas y niños se han quedado esperando a papás que nunca van a regresar, cientos de jóvenes han perdido algún amigo que se ha sido víctima de este dolor y la situación no parece mejorar. Hablando del caso específico de Ciudad Obregón, donde aparentemente el dolor de la violencia parece haberse enquistado con nuestra región al convertirla en uno de los lugares más violentos del mundo, me niego a pensar que dicha circunstancia es producto de un mandato divino que emule a las duras pruebas sufridas por Job, mucho menos basarnos en la conformista posición de pensar que no aquí no pasa nada y voltearnos hacia otro lado, el dolor de la violencia es producto del factor humano, relacionado con la incapacidad, corrupción, nepotismo, complicidad, entre muchos otros factores que se han acumulado en este caldo de cultivo perfecto que nos tiene viviendo en un estado de malestar y zozobra.

El reto para toda la comunidad Cajemense se basa en evitar los dolores de esta población, evitar que el día de mañana el padre o madre que lea este escrito sea uno más en la interminable lista de daños colaterales de esta guerra sin cuartel. Hoy más que nunca, acabar con las prácticas y costumbres anquilosadas en el servicio público toma un papel relevante en esta ardua y complicada tarea de evitar el sufrimiento de una sociedad cuando no atacada, ofendida con los agravios de una camarilla que desde el sistema de gobierno y del crimen han cooptado la tranquilidad de una ciudad que era reconocida por su paz y orden.

Hoy más que nunca, evitar el dolor que es evitable, es el fin al cual debemos de acceder por medio de valores y valentía.

borbonmanuel@gmail.com