¿Tu sangre es "dulce"? Estudio muestra cómo los mosquitos eligen a su víctima
Utilizando el dióxido de carbono, los mosquitos pueden localizar objetivos a una distancia de hasta 50 metros
Posiblemente alguna vez te has preguntado por qué un mosquito prefirió picarte a ti incluso más de una vez, mientras que a otros amigos o familiares que se encontraban en la misma habitación corrieron con la suerte de no recibir ninguna mordedura.
Y este año, un estudio citado por The Washington Post reveló que la respuesta radica en la atracción hacia ciertas sustancias químicas específicas presentes en la piel de algunas personas.
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Científicos emprendieron la tarea de construir un laboratorio al aire libre en Zambia para abordar la popular interrogante sobre por qué los mosquitos parecen preferir a algunas personas sobre otras.
El medio estadounidense relata que canalizaron olores de varios individuos que dormían en proximidades, descubriendo que los mosquitos transmisores de malaria y fiebre amarilla se sienten atraídos por sustancias químicas específicas en la piel humana.
Adicionalmente, identificaron a una persona cuyo olor corporal resultó ser "poco apetecible" para los mosquitos, abriendo así una oportunidad para investigar formas de disuadir las mordeduras, según informa The Washington Post.
HIPÓTESIS
La investigación sugiere que una hipótesis es que, a larga distancia, los mosquitos rastrean dióxido de carbono y otras sustancias químicas presentes en el olor corporal y aliento humano.
La creación de un escenario al aire libre permite llegar a la "raíz de los instintos de búsqueda de humanos" de estos insectos, en contraste con estudios que suelen utilizar cajas o túneles de viento para imitar las decisiones de los mosquitos.
Por otra parte, a corta distancia, los mosquitos utilizan señales visuales y calor corporal para localizar a sus presas.
Además, The Conversation señala que estos insectos seleccionan a sus víctimas basándose en el paisaje químico del aire, interpretando los rastros químicos que emanan de los cuerpos humanos.
En términos de cómo eligen a sus presas, los mosquitos dependen del dióxido de carbono. El catedrático Manuel Peinado Lorca explica para The Conversation que cuando exhalamos aire de nuestros pulmones, el dióxido de carbono permanece temporalmente en efluvios antes de mezclarse con el aire.
Los mosquitos perciben estos efluvios y, como los sabuesos, siguen el rastro a medida que detectan concentraciones más altas que las del aire ambiente normal.
Por último, es importante destacar que, utilizando el dióxido de carbono, los mosquitos pueden localizar objetivos a una distancia de hasta 50 metros.